Por 366 votos favor, 111 en contra y dos abstenciones, la medida con la que el gobierno se propone empezar a ordenar las cuentas públicas y retomar el crecimiento superó holgadamente la primera de las cuatro votaciones -dos en la Cámara de Diputados y dos en el Senado- a las que debe ser sometida para salir del papel.
Esta propuesta de enmienda constitucional sobre "el techo de gastos" (o "PEC 241", por su número de expediente) busca limitar el aumento del gasto público al mero índice de la inflación del año anterior, como forma de reducir el déficit público y recuperar la confianza de los mercados.
Según sus críticos, afectará negativamente a las ya maltrechas áreas de salud y educación.
El gobierno celebró la votación como una clara señal de que cuenta con el apoyo necesario en el Parlamento para aprobar esta y otras reformas que considera vitales para colocar a Brasil nuevamente en la ruta del crecimiento, después de dos años de recesión.
La propuesta precisaba una mayoría de tres quintos de los diputados (308 votos de un total de 513) para avanzar en su tratamiento.
El gobierno espera concluir el periplo legislativo de la medida antes de fin de año.
Desde que fue confirmado en el poder a fines de agosto -tras la destitución de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff-, Temer trata de hacer avanzar a marcha forzada sus planes de austeridad, con la intención de concluir su tramitación antes de las presidenciales de 2018.
La PEC 241 debería ser seguida por otras reformas de alta volatilidad política y social, empezando por la del régimen de jubilaciones.
El gigante sudamericano atraviesa su peor recesión económica en más de un siglo, que provocó una contracción del PIB de 3,8% en 2015 y un desempleo que afecta a 12 millones de brasileños.
El FMI estima que Brasil deberá cerrar este año con su economía en marcada retracción de 3,3% con relación al año anterior, aunque iniciaría una tímida recuperación en 2017, con un avance de 0,5%.
El país enfrenta al mismo tiempo la recesión, la crisis política y los escándalos de corrupción, centrados en el gigantesco esquema de sobornos de Petrobras.
- ¿Cortes en salud y educación? -
El gobierno asegura que la reforma no quitará recursos de las áreas de educación y salud, ya que no establece un techo específico para dichos gastos, que tienen un mínimo garantizado y podrán aumentar por encima de ese valor siempre y cuando se quiten recursos de otras áreas, para no superar el límite global de los gastos.
Los detractores del proyecto aseguran que en la práctica, el margen para aumentar el gasto en salud y educación será muy pequeño, y que esto llevará a una degradación en los próximos años de los sistemas públicos de seguridad social, de los cuales depende la población más vulnerable.
Con pancartas que rezaban "PEC de la muerte" o "Pec de la maldad", diputados de izquierda protestaron en el plenario e intentaron obstruir la votación, sin éxito.
"Deberían sentir vergüenza, mienten descaradamente al pueblo. Porque aun cuando Brasil vuelva a crecer, los beneficios se destinarán a pagar intereses a los banqueros, y no retornarán a la salud y la educación", denunció el diputado Iván Valente ,del partido Socialismo y Libertad.
La legisladora comunista Jandira Feghali afirmó que el ajuste propuesto por Temer "es un nuevo proyecto de país que jamás pasaría por las urnas".
- Ajuste "de la responsabilidad" -
Los legisladores aliados de Temer defendieron el proyecto como la única forma de sacar a Brasil de la crisis, la cual atribuyen a un despilfarro del gasto público durante los gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) desde 2003.
"Esta propuesta es la PEC de la verdad, de la responsabilidad, de la vida, de la esperanza. Quien más sufre con la irresponsabilidad fiscal, con la herencia maldita que el gobierno anterior dejó son los pobres", advirtió Darcísio Perondi, del oficialista PMDB.
"La misión del gobierno federal es de enfrentar el desafío de promover el ajuste fiscal a partir de un déficit fiscal de 170.500 millones de reales para 2016, culpa de una herencia maldita que recibimos del PT", afirmó por su parte André Moura, líder del gobierno en la Cámara de Diputados.
Temer aseguró que, sin esas reformas, Brasil debería declararse "en quiebra".