La petrolera informó en un comunicado que su subsidiaria Petrobras Biocombustible vendió toda su participación en la azucarera Guaraní, que era del 45,97%, a la francesa Tereos por 202 millones dólares.
Además, su consejo de administración aprobó la venta de la Companhia Petroquímica de Pernambuco (PetroquímicaSuape) y de la Companhia Integrada Textil de Pernambuco (Citepe) a la mexicana Alpek por USD 385 millones.
Sofocada por una enorme deuda derivada del escándalo de corrupción en torno a sus cofres, el mayor de la historia de Brasil, y la caída de los precios del crudo, Petrobras se embarcó en un plan de desinversiones que preveía una recaudación de 15.100 millones de dólares en el bienio 2015-2016.
Las operaciones realizadas, sin embargo, no alcanzaron el objetivo y sumaron un total de 13.600 millones de dólares, según informó la propia empresa, que achacó la diferencia a una decisión de la justicia de Sergipe (nordeste de Brasil), que le impide finalizar la venta de dos campos petroleros.
"La meta del programa de asociaciones y desinversiones para el bienio 2017-2018 será automáticamente incrementada con esos importes, totalizando ahora USD 21.000 millones", afirmó la nota.
Intentando reconstruirse tras el duro golpe sufrido con la revelación de la trama corrupta político-empresarial que le costó más de 2.000 millones de dólares en su balance de 2014, Petrobras anunció en septiembre un "plan estratégico" que prevé un recorte de 25% de sus proyectos de inversiones para el periodo 2017-2021.
Hace una semana, la estatal comunicó el acuerdo con la francesa Total para venderle participaciones en dos campos petrolíferos en aguas profundas (presal) y en dos centrales térmicas por 2.200 millones de dólares.
Petrobras anunció en noviembre pérdidas por casi 5.000 millones de dólares en el tercer trimestre, debido a una depreciación contable extraordinaria que volvió a teñir de rojo su balance tras un breve respiro en los tres meses anteriores.