"Estamos muy cerca de este acuerdo, pero esta noche no hemos podido cerrar la brecha entre lo que podríamos hacer y lo que algunos de nosotros esperaban", dijo el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, al término de una maratónica reunión de más de ocho horas.
El desafío es complejo. Los europeos deben cuadrar el círculo de la deuda griega, a tiempo para desbloquear un nuevo tramo de ayuda del actual programa vigente hasta 2018 que Grecia necesita para devolver unos 7.000 millones de euros en julio a sus acreedores.
Alemania quiere la participación económica del FMI pero sin comprometerse ya a un eventual alivio de la deuda griega, máxime cuando celebra en septiembre unas cruciales elecciones legislativas.
Y la institución financiera dirigida por Christine Lagarde exige a los europeos, por su parte, medidas concretas de alivio para participar, al considerar insostenible el actual nivel de la deuda -179% del PIB en 2016-.
El comisario europeo de Asuntos Financieros, Pierre Moscovici, aseguró que abordaron la cuestión "con un grado de precisión absolutamente sin precedentes" y que ahora trabajarán para alcanzar "un buen acuerdo" el 15 de junio de Luxemburgo.
Todos "alrededor de la mesa son perfectamente conscientes" de la importancia de la sostenibilidad de la deuda, indicó el nuevo ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, quien aseguró que Alemania figura entre aquellos "dispuestos a dar un paso".
- Acuerdo, 'en tres semanas' -
"Podemos alcanzar un acuerdo en tres semanas", estimó el lunes por la noche el ministro griego de Finanzas, Euclides Tsakalotos, quien había subrayado previamente que su país cumplió con sus obligaciones y "a tiempo".
Moscovici alabó los esfuerzos llevados a cabo por Grecia, al igual que el poderoso ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, para quien las medidas aprobadas por el gobierno y el parlamento griegos van "en la buena dirección".
Para tratar de convencer a los acreedores, Atenas, que desde 2010 ha adoptado duros recortes pese a las protestas en las calles, había aprobado la semana pasada otros nuevos, así como subidas de impuestos que aplicarán entre 2019 y 2021.
Grecia reclama así el desbloqueo de un nuevo tramo del actual programa de ayuda de 86.000 millones de euros, que necesita para reembolsar 4.000 millones de euros al Banco Central Europeo el 20 de julio y 2.000 millones a inversores privados.
Atenas busca también poder beneficiarse más adelante del programa de compra de activos del BCE y volver a los mercados de obligaciones para financiarse.
Tras años de rescates, recortes y de temor de una salida de Grecia del euro, este país del sur de Europa no acaba de salir de la recesión.
Su economía se contrajo un 0,5% anual en el primer trimestre de este año, tras registrar un crecimiento nulo en 2016, y el desempleo alcanzaba en enero a un 23,5% de la población activa, según Eurostat.