"El recorte refleja las proyecciones de Moody's de que la solidez financiera de China quede erosionada de alguna forma en los próximos años, a medida que la deuda continua creciendo mientras que el crecimiento potencial se desacelera", estimó la agencia.
"Aunque las reformas en marcha probablemente logren transformar la economía y el sistema financiero a tiempo, no es probable que si logren evitar un aumento material de la enorme deuda de la economía", estimó la calificadora.
La decisión de Moody's se produce en un momento en que China ha lanzado grandes esfuerzos para controlar los riesgos potenciales de préstamos de riesgo, sin regulación que podían tornarse tóxicos y suponer un riesgo para la estabilidad financiera.
Pero varios expertos han expresado su escepticismo sobre la verdadera disposición de Pekín de abandonar el esquema de un flujo amplio de créditos, que ejerce un gran estímulo para el crecimiento.
En el conjunto de 2016, el Producto Interior Bruto chino (PIB) creció un 6,7%, su ritmo más lento de los últimos 25 años.
En este contexto, el propio Gobierno chino redujo sus previsiones de crecimiento del PIB en 2017 a una cifra "en torno al 6,5%".