Tras la llegada al poder en Estados Unidos de Donald Trump, varias naciones de la región volvieron su vista hacia otros mercados con el objetivo de evitar una crisis en su comercio internacional ante un eventual incremento del proteccionismo.
En ese sentido, la Alianza del Pacífico (México, Colombia, Perú y Chile) surge como un mecanismo ideal para implementar una estrategia que le permita a Latinoamérica aumentar sus exportaciones hacia los países asiáticos.
El Mercado Común del Sur (Mercosur), por ejemplo, ya tiene entre sus prioridades establecer una “convergencia” con la Alianza del Pacífico, tema que ha sido tratado en varias reuniones multilaterales.
En esas citas es frecuente el análisis respecto a los desafíos que tiene la globalización tras la llegada de Trump al poder, en enero pasado, y luego que se manifestara a favor de revisar los acuerdos comerciales internacionales que tiene Estados Unidos.
Por el contrario, la Alianza del Pacífico ha insistido este año en la importancia del libre comercio y el rechazo a toda forma de proteccionismo, además de incrementar su participación en el comercio internacional.
Hace unos días, en Argentina se realizó el encuentro “La Región del Asia Pacífico: un espacio de oportunidades para la convergencia del Mercosur y la Alianza del Pacífico” para avanzar en un diálogo entre ambos bloques.
En esa oportunidad, el gobierno chileno manifestó que se estableció una “hoja de ruta” para trabajar en forma conjunta temas como la acumulación de origen, la facilitación de comercio, la promoción comercial, las barreras no arancelarias y la promoción del comercio de servicios.
A juicio de Chile, una “convergencia” entre la Alianza y el Mercosur permitiría que Latinoamérica se posicione de una manera más competitiva en la economía global y, en particular, en el Asia-Pacífico.
Este país sudamericano, considerada “la nación más asiática” de América Latina, realiza el 50 por ciento de su comercio internacional con Asia gracias a los 15 acuerdos comerciales que tiene con esa región.