BHP triplicó su dividendo final a 0,43 dólares por acción, también por debajo de las estimaciones, pero complació a los accionistas al poner el foco en reducir la deuda neta, que se achicó en casi 10.000 millones de dólares.
Analistas esperaban ganancias estructurales de alrededor de 7.400 millones de dólares, según Thomson Reuters I/B/E/S.
Asintiendo a la presión de algunos accionistas de considerar una escisión de su negocio de petróleo de esquisto y gas en Estados Unidos, la compañía afirmó que consideró el negocio "no esencial" y que "buscaba activamente opciones para salir".
Administradores de fondos, incluyendo a Elliott Management y Tribeca, han estado exigiendo la venta u otra forma de desinversión, junto con mayores retornos y la eliminación de la estructura dual de acciones en los mercados de Australia y Londres.
El presidente de BHP Billiton, Jac Nasser, quien se retirará este año, concedió una inversión de 20.000 millones de dólares hace seis años en petróleo de esquisto, que a la luz de los resultados fue un error. Analistas han sugerido que el negocio se podría vender en alrededor de la mitad en el mercado actual.
BHP se benefició de un aumento del 32 por ciento en el precio del mineral de hierro en el año fiscal 2017, debido a una creciente demanda de las siderúrgicas chinas, que compran la mayor parte del mineral.
La compañía tuvo una utilidad atribuible a los accionistas de 5.890 millones de dólares frente a su pérdida récord de 6.390 millones de dólares en el período previo. En el año fiscal 2016, la utilidad fue golpeada por una amortización de 7.700 millones de dólares.