El presidente norteamericano, Donald Trump, argumenta que podrá detener el 1 por ciento de drogas que cruzan la frontera, mediante un muro fronterizo que costaría a los Estados Unidos alrededor de 10 mil millones de dólares.
“Sin embargo, es menester recalcar que ésta es la única acción que el actual Gobierno estadounidense ha discutido para reducir el flujo de estas sustancias”, acota el CEIGB en un estudio sobre la emergencia de salud pública declarada en esa nación, el pasado 26 de octubre, por el consumo de drogas derivadas de la amapola.
El análisis del Gilberto Bosques destaca que esta crisis “ha estado presente en la Unión Americana por varias décadas”, por lo que una acción ejecutiva por parte de la Casa Blanca no será suficiente para solucionarla y el apoyo del Congreso será elemental para la asignación de recursos financieros necesarios para combatirla.
El documento revisa los antecedentes que resultaron en esta emergencia nacional, su estado actual y las acciones de los estados de ese país que se han visto especialmente abatidos por esta epidemia en los últimos cinco años, y que, en su mayoría, coinciden con aquellos donde Trump mantiene una base de apoyo electoral relevante.
Según fuentes citadas por el estudio, en 2016 alrededor de 64 mil personas fallecieron en Estados Unidos por sobredosis relacionadas con los opioides y prácticamente todos los estados de la Unión Americana han reportado incrementos en el uso de estas drogas.
El 29 de marzo de 2017, ya en la Casa Blanca, el mandatario emitió una Orden Ejecutiva para establecer la Comisión para la Lucha contra la Adicción a las Drogas y la Crisis de los Opioides. El primer informe de la Comisión instó a la Casa Blanca a "declarar una emergencia nacional", declaración que llegó hasta el pasado 26 de octubre.
Desde su campaña electoral, Trump puso especial énfasis en fortalecer la seguridad en la frontera con México, toda vez que “el 94 por ciento de la heroína que consumen los estadounidenses entra por la frontera sur con México, aun cuando muchas de ellas sean drogas sintéticas”.
De acuerdo con un reporte de la DEA, la mayor parte del fentanilo ilegal que ingresa a los Estados Unidos se produce en China, y si bien, nuestro país no es el mayor productor de esta sustancia, todavía importantes cantidades ingresan a través de la frontera entre México y Estados Unidos.