Explicó que entre los años 1990 y 2009, la producción cafetera decreció a una tasa anualizada de 2,9 por ciento por causa del fenómeno de La Niña, los altos precios de los fertilizantes, brotes de broca e infección de roya fueron los causantes de este descenso.
El menor rendimiento en la producción cafetera “se registró en el año 2009, cuando llegó a 10,2 sacos la hectárea, alrededor de la mitad de lo que el país producía en 1991. Esto estuvo acompañado de menos exportaciones, pues en el 2009 el país vendió en el exterior solo 7,9 millones de sacos, la mitad de los exportado en 1992”.
Sin embargo, desde el año 2010 el sector cafetero –subrayó- retomó la senda productiva y en el 2016 se registró el rendimiento más alto en décadas al llegar a 18,3 sacos de café por hectárea, con lo que se logró un aumento en la productividad del 79 por ciento en los últimos 7 años.
A partir del 2010 también “se evidenció una recuperación en las exportaciones, que crecieron a una tasa del 10 por ciento anual, aumentando de 7,8 a 12,8 millones de sacos entre 2010 y 2016”.
“El Gobierno depositó su confianza en el sector cafetero y este respondió por lo alto. Entre el 2010 y el 2017 la Nación apoyó con 2 billones de pesos al sector y los cafeteros respondieron aumentando su productividad por hectárea, incrementando las exportaciones, así como su participación en la producción agropecuaria nacional”, destacó el director del DNP.
Mejía también celebró que la producción cafetera en 2016 haya alcanzado su máximo en las dos últimas décadas con 14,5 millones de sacos, mostrando un aumento en 6 millones de sacos desde 2010, año en que se produjeron 8,5 millones de sacos.
“Este crecimiento, que tuvo un promedio anualizado del 9 por ciento, le permitió a Colombia posicionarse como el tercer productor mundial de café, después de Brasil y Vietnam, pero debemos mantenernos en la senda productiva por más años”, anotó.
Dijo que si Colombia continúa “con un crecimiento anualizado de 2,2 por ciento podremos alcanzar en el año 2024 los 21,7 sacos por hectárea lo que nos representaría una producción histórica de 17,7 millones de sacos al año”.
“Alcanzar la meta propuesta por la Federación de Cafeteros de una productividad de 21,7 sacos por hectárea lograría sacar de la pobreza monetaria a 117 mil personas rurales, unos 34 mil hogares rurales”, indicó el director del DNP, mientras explicó las estrategias conjuntas que se deben desarrollar para incrementar la productividad”, señaló.
Para que la producción cafetera de Colombia “pueda pasar de 18,3 a 21,7 sacos por hectárea es necesario concretar esfuerzos en cuatro pilares fundamentales, los cueles son el acceso a factores productivos como fertilizantes, crédito y maquinaria, el fortalecimiento del capital humano, el aumento de logística e infraestructura, así como más inversión en investigación y desarrollo”.
Además, “el país debe diversificar las exportaciones hacia países como Noruega, Suiza y Dinamarca, los cuales representan una oportunidad de mercado para los cafés especiales colombianos y por lo tanto mayores ingresos. Asimismo, Turquía, Rusia y Polonia son mercados emergentes que muestran un gran potencial en el consumo de café tradicional”.
Otra de las estrategias propuestas por el director del DNP durante el congreso cafetero para seguir potenciando el sector es aumentar el consumo per cápita de café en el país, donde actualmente es de apenas 2.0 kilogramos por persona al año.