Quevedo dijo que la situación financiera actual de PDVSA está comprometida por las deudas contraídas, los gastos operativos y la inversión.
“Cuando nosotros estamos evaluando el flujo de caja, mes a mes, día a día, a veces tenemos algunos días en los que no tenemos ingresos en la industria petrolera, algo que sería impensable, pero eso forma parte de lo que estamos revisando”, señaló Quevedo en una entrevista con el canal privado Televén.
Señaló que su llegada al frente de PDVSA, en diciembre pasado, se dio en medio de un proceso de reestructuración y tras denuncias de corrupción que terminaron con el encarcelamiento de sus de sus expresidentes y más de 15 gerentes de la plana mayor.
Dijo que está realizando un trabajo de revisión de todas las cuentas y de las operaciones para aplicar correctivos.
“PDVSA atraviesa una crisis financiera muy importante y mi designación apunta a contribuir a sacarla adelante en una coyuntura muy difícil. (Para ello) tenemos dos grandes ejes transversales: por un lado, la producción como una estrategia fundamental, pero por otro lado, afianzar lo que son los mecanismos financieros para hacerla rentable”, señaló.
La producción de la petrolera viene en declive en los últimos cinco años y Quevedo admitió que está cerca de 1.9 millones de barriles diarios. Indicó que su meta es llevar el bombeo este año a más de dos millones.
“PDVSA ya venía decayendo en la producción. Esto tuvo su mayor impacto a comienzos del año 2016 cuando los precios del barril de petróleo llegaron a los 20 dólares por barril. El año 2017 fue un año donde empezó una leve recuperación del ingreso petrolero, pero allí vinieron también los ataques más despiadados en contra de la industria”, dijo al referirse a conspiraciones internas.
Señaló que el aumento de los costos de producción se debió a “decisiones” que se tomaron anteriormente.
“Hay que evaluar y eso forma parte de esta restructuración que estamos haciendo. Primero, los elevados costos de una deuda elevada para el patrimonio de PDVSA, que en los actuales momentos nos golpea los ingresos”, dijo.
“Por eso es que decimos que si nosotros sumamos toda la deuda financiera y le agregamos la deuda comercial representada en notas promisorias, que también tenemos que honrar, más los gastos operativos normales en una industria de esta naturaleza y, por supuesto, la inversión necesaria para el mantenimiento y el crecimiento, por supuesto que han comprometido incluso el futuro de nuestra industria petrolera”, agregó.
La industria petrolera venezolana, que genera más de 96 por ciento de los ingresos externos, despidió en 2002 a más de 18 mil trabajadores que se sumaron a una huelga general de 60 días.
Desde entonces fue sometida a una reestructuración que elevó su personal a más de 150 mil trabajadores.
Su presidente entre 2004 y 2014, Rafael Ramírez, quien ocupó simultáneamente el Ministerio de Petróleo, fue enviado como embajador ante Naciones Unidas (ONU) y el mes pasado fue removido y acusado de corrupción.