Enfocado en analizar los avances de género respecto a la agenda de desarrollo sostenible hacia el año 2030, el informe reveló que por cada 132 mujeres de entre 25 y 34 años en pobreza extrema en América Latina existen un centenar de hombres que viven en esa condición en la región.
Mientras tanto, el promedio global indica que por cada 100 hombres que viven en pobreza extrema 122 mujeres de entre 25 y 34 años de edad padecen esa condición.
La pobreza extrema es especialmente severa entre las mujeres divorciadas, de acuerdo con el documento.
Al respecto, el reporte destacó que América Latina y el Caribe es la región con la mayor proporción de mujeres divorciadas entre la población femenina en pobreza, con 15.8 por ciento.
El informe, que generó solo cifras globales y regionales, reveló además que una de cada cinco mujeres y niñas menores de 50 años en el mundo (20 por ciento) ha sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja en los últimos 12 meses.
Esta cifra es mayor para América Latina y el Caribe, donde 21 por ciento de las mujeres y niñas de 15 a 49 años han informado que han sufrido o experimentado violencia física o sexual por parte de su pareja en el último año.
El documento revisa los avances y rezagos de género en el marco de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), que son la serie de indicadores diseñados para eliminar la pobreza extrema y el hambre en el mundo para el año 2030.
En ese sentido, el "informe demuestra la naturaleza generalizada de la discriminación en contra de las mujeres y las niñas en todo el mundo", que enfrentan así mayores obstáculos a fin de alcanzar los objetivos globales para el año 2030.
Entre los datos globales, sobresale que la pérdida de 3.3 millones de hectáreas forestales en el mundo entre 2010 y 2015 afectó principalmente a las mujeres pobres de medios rurales, que dependen de los recursos de uso común y que resultan especialmente afectadas cuando estos se agotan.
"El mundo entero se comprometió a través de los ODS a no dejar a nadie atrás", expresó la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, durante la presentación del informe.
La funcionaria aseguró que los datos y análisis del informe sugieren no obstante que a menos que se acelere considerablemente el progreso en materia de igualdad de género, la comunidad internacional no podrá cumplir con su palabra respecto de los ODS.
El informe documenta también la manera que en se relacionan las distintas dimensiones del bienestar y las carencias. Por ejemplo, una niña que nace en un hogar pobre y es forzada a un matrimonio precoz tiene más probabilidades de abandonar la escuela.
Asimismo, esta niña tiene más probabilidades de dar a luz a temprana edad, sufrir complicaciones durante el parto y padecer violencia, comparada con una menor de un hogar con mayores ingresos que contrae matrimonio a una edad más tardía.
El informe también analiza brechas entre mujeres y niñas que viven en un mismo país, pero que en algunos casos parece que habitan mundos completamente distintos en función de sus niveles de ingresos y de factores como raza, etnia o lugar donde habitan.
En Estados Unidos, los índices de pobreza entre las mujeres negras y de los pueblos originarios son más de dos veces mayores que los de las mujeres blancas y asiáticas.
Al mismo tiempo, se registran disparidades igualmente impactantes en la esfera de la educación. El 38 por ciento de las mujeres hispanas del quintil de ingresos más bajo no completó la enseñanza secundaria, mientras que el promedio nacional en Estados Unidos es de 10 por ciento.