acuerdo con Moody’s Investors Service.
La calificadora internacional de riesgo crediticio afirmó que aunque el gobierno de México otorga apoyo, los estados deben aportar al menos 50 por ciento de la reconstrucción de infraestructura pública local y en algunos casos, asistir a municipios, lo cual ejerce presión en sus perfiles crediticios.
Dado que los estados no tienen altos niveles de ingresos propios ni de liquidez para financiar la reconstrucción, generalmente negocian mayores transferencias federales o contraen deuda para cubrir nuevos gastos de capital, añadió.
En un reporte, apuntó que si bien los estados deben crear fondos de desastres naturales y la regulación federal brinda incentivos para que los estados contraten seguros, los estados no están preparados para enfrentar desastres naturales sin apoyo.
Indicó que México es vulnerable a intensas lluvias, huracanes y sismos, pues entre 2009-18, el 82 por ciento (en promedio) de las pérdidas y daños por desastres naturales fue de origen hidrometeorológico (intensas lluvias, inundaciones, huracanes y altas temperaturas) y 13 por ciento fue geológico (incluyendo derrumbes, sismos, entre otros).
Destacó que el apoyo federal ayuda a mitigar el impacto crediticio negativo, pero los estados y municipios deben financiar parcialmente la reconstrucción, y el gobierno federal brinda asistencia inmediata a la población afectada a través del Fondo de Desastres Naturales (Fonden).
El Fonden también fondea la reconstrucción de infraestructura pero como máximo la mitad del costo de la reconstrucción de infraestructura local, por lo tanto, los estados y municipios necesitan realizar ajustes presupuestarios para financiar sus esfuerzos de reconstrucción, refirió.
Asimismo, los estados suelen incurrir en gastos extraordinarios para ayudar en la reconstrucción de los municipios y complementar la ayuda federal disponible, apuntó la calificadora internacional.