Departamento de Defensa está socavando sus propios esfuerzos para obtener fondos militares al destinar miles de millones de dólares a la construcción del muro del presidente Donald Trump en la frontera con México.
El presidente de la Comisión de Servicios Armados de la Cámara de Representantes y el republicano de mayor jerarquía en ese panel le advirtieron al secretario de Defensa Mark Esper que revocar las decisiones de financiamiento del Congreso para canalizar dinero al muro es un enorme problema que tendrá consecuencias.
El plan para desviar esos fondos ha provocado una inusual resistencia republicana a los designios de Trump.
El representante republicano Mac Thornberry señaló que el resultado podría ser que el Congreso aplicará mayores restricciones a la capacidad del Pentágono para mover fondos con el fin de satisfacer necesidades militares. El titular del panel, el demócrata Adam Smith, aseguró que la transferencia de dinero es “muy, muy perjudicial para el Pentágono”.
“El mensaje que transmite es que al Pentágono le sobra el dinero, señaló Smith, y ello “socava cualquier argumento de que necesite recursos”.
Hace unas semanas, el Pentágono anunció que recortará miles de millones de dólares destinados a financiar aeronaves de la Armada y de la Fuerza Aérea y otros programas militares para destinarlos a la construcción del muro.
Esper aprobó la solicitud de 3.800 millones de dólares del Departamento de Seguridad Nacional para el muro, y el Pentágono reconoció que podrían realizarse otros recortes para asignar más dinero al proyecto fronterizo. Trump ha afirmado en repetidas ocasiones que México está pagando el “muro grande y hermoso” que él prometió, pero eso no ha pasado.
La decisión del Pentágono, anunciada en documentos de “reprogramación” proporcionados a los legisladores, quitó fondos a importantes programas de licitación de proveedores y de aeronaves que afectan estados y distritos republicanos y demócratas.
Refiriéndose a los 1.500 millones de dólares que fueron eliminados de los programas de la Guardia Nacional, la representante demócrata Elissa Slotkin dijo que está “preocupada de que el Pentágono se convierta en la alcancía para cualquier proyecto personal. Hoy podría ser el muro, mañana podría ser la decisión de alguien de financiar un proyecto de salud”.
Slotkin, exasesora de políticas en el Pentágono, le dijo a Esper que “usted no nos deja otra opción salvo ver qué podemos hacer para limitar su autoridad de reprogramación”.
Esper señaló que el dinero fue desviado de programas que tenían más dinero del que necesitaban o tenían fondos que no se requerían de inmediato. Como ejemplo, dijo que si el departamento requería fondos para tres cazas F-35 y el Congreso decidía financiar cinco, el dinero para los dos adicionales sería considerado un “exceso”.
El Congreso, que tiene la última palabra en cuanto a presupuestos, a menudo realiza cambios en los presupuestos solicitados por varios departamentos, entre ellos el Pentágono, y añade más dinero a programas que los legisladores consideran importantes. Los comentarios de Esper generaron preocupación entre los que temen que su autoridad presupuestaria esté siendo usurpada.
Los legisladores también hicieron notar que la frontera entre Estados Unidos y México no está considerada una prioridad en la nueva estrategia de seguridad nacional del Pentágono. Esper dijo que la seguridad nacional es una prioridad y destacó que muchas cosas no aparecen enlistadas en la estrategia.
Sin embargo, el funcionario ha dicho en varias ocasiones que el departamento está llevando a cabo varias revisiones para garantizar que el presupuesto refleje las prioridades de la estrategia actual, que considera que China y Rusia son las principales amenazas a nivel mundial.
Pese a la oposición en el Congreso, Trump no enfrentó consecuencias al hacer transferencias similares el año pasado, cuando el Pentágono canceló decenas de proyectos de construcción militar para liberar 3.600 millones de dólares y transfirió 2.500 millones de dólares de los fondos para la lucha contra las drogas.
En conjunto, Trump ha conseguido poco más de 3.000 millones de dólares para la construcción del muro al hacer las gestiones a través de canales regulares del Congreso, sujeto a las limitaciones impuestas por los legisladores. Ha utilizado su autoridad para transferencias y emergencias para desviar casi 7.000 millones de dólares a partir de la declaratoria de emergencia, de un fondo para decomisos que contiene dinero incautado por las autoridades, y de los fondos para las actividades antinarcóticos de las fuerzas armadas.
Específicamente, el objetivo del plan es conseguir dinero destinado a más de una docena de aeronaves, incluidos dos cazas F-35 promovidos por el representante Kay Granger, el principal republicano de la Comisión de Asignaciones Presupuestarias, y por otros miembros de la delegación de Texas en el Congreso.
Quita dinero también para ocho drones Reaper, cuatro aviones de transporte C-130 de la Fuerza Aérea, dos helicópteros V-22 Osprey y buques anfibios para la Infantería de Marina, equipo para la Guardia Nacional y camiones para el ejército.