probablemente deberá hacerlo para proteger su posición financiera, de acuerdo con fuentes de aseguradoras internacionales.
La cobertura, que ronda los 1 mil millones de dólares anuales, es la más grande del mundo y ha sido un pilar durante más de dos décadas del presupuesto de México, que bombea alrededor de 1.7 millones de barriles de crudo por día.
Muchos países que dependen de sus ventas de petróleo enfrentan un déficit presupuestario debido al colapso de los precios y la demanda durante la pandemia de coronavirus. Sin embargo, se espera que la póliza de seguro de México genere un pago de 6 mil millones de dólares este año.
Banqueros y funcionarios de ambos lados del acuerdo esperan una cobertura más pequeña para 2021, ya que la volatilidad del mercado y los precios más bajos han elevado drásticamente el costo de las opciones que México típicamente utiliza para cubrir las ventas de petróleo, que para el próximo año están un 40% más caros de lo normal, dijeron fuentes del mercado.
Al mismo tiempo, los recursos disponibles para financiar la cobertura están disminuyendo dado que el Gobierno ha gastado más del fondo de estabilización que usa para realizar el pago.
“Hay muchos desafíos, y todo apunta a que será más difícil”, dijo una fuente mexicana que laboró en la cobertura pasada.
Fuentes de la Secretaría de Hacienda sostuvieron que las discusiones internas se centran en cubrir una parte más pequeña de las exportaciones del país en 2021, comprar opciones más baratas o echar mano de una estrategia menos costosa.
Las negociaciones con los bancos para la cobertura aún no han comenzado, dijeron fuentes del gobierno y de Wall Street. Las secretarías de Hacienda y de Energía ni Presidencia respondieron a solicitudes de comentarios.
El gobierno se ha vuelto más reservado sobre su estrategia, por lo cual especuladores no pueden beneficiarse haciendo apuestas sobre sus compras, que a su vez pueden hacer que la cobertura sea más costosa.
El secretario de Hacienda, Arturo Herrera, es un firme defensor de la cobertura y es probable que decida continuar echando mano de ella, dijeron fuentes de México.
Inversores y agencias de calificación crediticia consideran que la cobertura es una medida de prudencia fiscal que compensa la volatilidad del mercado petrolero. Eliminarla podría hacer que algunos inversionistas exijan mayores rendimientos por sus títulos de deuda.
Si los costos de endeudamiento de México aumentan, también podría significar mayores encajes financieros para Petróleos Mexicanos, cuya calificación se encuentra en territorio “basura”.
México aún tiene calificación de grado de inversión, pero las tres principales agencias calificadoras crediticias -Fitch Ratings, Moody’s y S&P- redujeron su nota del país este año y podrían bajarla aún más en los próximos meses.
“Las coberturas dan bastante certeza respecto al ingreso federal”, dijo Luis Gonzali, gerente de cartera de Franklin Templeton, uno de los principales inversores mundiales en mercados emergentes. “No tenerlas seguro presionaría las finanzas nacionales, la confianza y eventualmente la calificación crediticia”.