Pilotos de la Administración Federal de Aviación (FAA) y de Boeing aterrizaron alrededor de las 14.15 hora local en el Aeropuerto Internacional del Condado de King, también conocido como Boeing Field, tras un viaje de ida y Vuelta a Washington que incluyó una prueba del sistema de alta velocidad y otras maniobras durante unas tres horas.
Reuters fue el primero en informar que el esperado ciclo de pruebas de certificación del modelo 737 MAX comenzaría el lunes y se extendería por tres días, lo que marca un momento crucial en la peor crisis de la historia de la compañía generada por dos accidentes que dejaron 346 muertos en Etiopía e Indonesia.
Las acciones de Boeing escalaron un 14,4% a 194,49 dólares e impulsaron al Promedio Industrial Dow Jones.
Una vez que se completen los vuelos, la FAA debe analizar una gran cantidad de datos y aprobar nuevos procedimientos de entrenamiento de pilotos, entre otras revisiones, y probablemente no daría luz verde para que los aviones vuelvan a volar hasta septiembre, dijeron fuentes de la industria y del gobierno.
Si eso sucede, el avión está en camino de reanudar el servicio en Estados Unidos antes de fines de 2020, aunque el proceso ha estado plagado de demoras durante más de un año.
Boeing no publicitó el despegue del lunes, diciendo que la FAA lideraba el proceso de prueba. La sensación de rutina de Boeing Field ilustró un cambio en la estrategia de comunicaciones de la firma desde el año pasado, cuando tensó su relación con la agencia federal emitiendo declaraciones públicas que predecían el cronograma para el regreso del avión.
La crisis le costó a la firma miles de millones de dólares, redujo la producción y obstaculizó su cadena de suministro, con investigaciones criminales y del Congreso aún en curso.
Boeing despidió en diciembre al presidente ejecutivo Dennis Muilenburg después de que el escrutinio sobre el diseño y desarrollo del avión empañara su reputación con las aerolíneas y los reguladores.