El director general de EE.UU. del Ministerio de Exteriores cubano, Carlos Fernández de Cossío, afirmó que la medida anunciada por el secretario de Estado de Washington, Mike Pompeo, "busca satisfacer a la maquinaria política electoral del sur de la Florida" a pocos meses de las elecciones presidenciales estadounidenses.
Pompeo solicitó al Departamento de Transporte de EE.UU. la paralización de los vuelos chárter privados a todos los aeropuertos de Cuba, incluido el de La Habana, después de que a principios de este año adoptara una medida similar con los públicos.
Según el representante diplomático cubano, se trata de una medida "de escaso impacto práctico" aunque "juega con preocupaciones de los cubanos a ambos lados del estrecho de Florida y sus necesidades de contactos familiares", según sus declaraciones, divulgadas por el Ministerio de Exteriores de La Habana.
Según el anuncio de Pompeo, la medida suspende en la práctica todos los vuelos chárter entre Estados Unidos y Cuba sobre los que el Departamento de Transporte ejerce jurisdicción, "excepto los vuelos chárter públicos autorizados hacia y desde La Habana, y otros vuelos chárter privados autorizados por motivos médicos de emergencia, búsqueda y rescate, y otros viajes considerados de interés para EE.UU.".
La Administración de Donald Trump busca cortar los ingresos del Gobierno cubano provenientes de tasas de aterrizaje, estancias en hoteles propiedades de las autoridades de Cuba y otras ganancias generadas por los viajes.
El 10 de enero, Pompeo anunció la suspensión de todos vuelos chárter públicos a Cuba con excepción de La Habana, lo que afectó a nueve aeropuertos de la isla, dejando fuera al José Martí de la capital cubana, que aun así vio limitado este tipo de vuelos.
A finales de octubre de 2019, Washington prohibió los vuelos comerciales desde su territorio a todas las ciudades de Cuba, también exceptuando a la capital.
En octubre pasado también entró en vigor una nueva tanda de medidas que, entre otras cosas, revocaban las autorizaciones que permitían a empresas estadounidenses alquilar aviones a aerolíneas del Gobierno cubano, como la estatal Cubana de Aviación.
Cuba y Estados Unidos viven estos días una de las etapas más tensas en su complicada relación, tras la distensión protagonizada por los expresidentes Barack Obama y Raúl Castro entre 2014 y 2016, etapa conocida como el "deshielo", que motivó la reapertura de embajadas.
La Administración Trump revirtió esta política e intensificó la presión sobre La Habana al endurecer el embargo comercial y financiero que impone a la isla desde 1962 y aplicar nuevas sanciones, justificadas en el supuesto apoyo del Gobierno cubano al presidente Nicolás Maduro en Venezuela.