"Necesitamos cada uno de los votos, porque esto probablemente va a ser ajustado", dijo Trump en un acto en Yuma (Arizona), cerca del muro fronterizo con México, una de sus principales prioridades de mandato y símbolo de su mano dura con la inmigración.
El mandatario republicano suele presumir de su victoria en 2016, pese a que perdió en el voto popular.
"El 3 de noviembre va a ser uno de los días más importantes de sus vidas", señaló a la vez que calificó a Biden como un candidato de la "extrema izquierda" arrastrado por las ideas socialistas del senador y exaspirante a la candidatura demócrata Bernie Sanders.
Previamente, Trump ha insinuado que las elecciones podrían estar amañadas y ha sembrado dudas, sin presentar evidencias, acerca de la posibilidad de fraude en el voto por correo, modalidad por la que él mismo ha optado en las últimas elecciones.
Ante la apertura este lunes de la Convención Nacional del Partido Demócrata, la danza de encuestas ha comenzado en Estados Unidos y, aunque todas muestran una ventaja a favor de Biden sobre el presidente Trump, hay discrepancias en la magnitud de la distancia entre los dos.
En Estados Unidos, no obstante, no son los votantes comunes quienes eligen al presidente sino los electores asignados a cada Estado, y en el Colegio Electoral se necesitan 270 votos para ganar la elección.
En la elección de 2016, Trump recibió unos 3,2 millones de votos ciudadanos menos que su rival demócrata, Hillary Clinton, pero obtuvo 302 votos frente a 232 de su rival en el Colegio Electoral.