Su presencia o ausencia en la Asamblea General de Gobernadores del próximo fin de semana podría determinar si se elige a un estadounidense y se rompe así una tradición de poner las riendas del BID en un latinoamericano, o si se postergan los comicios de presidente de la institución, como han solicitado numerosos países latinoamericanos, políticos y personalidades.
Si México participa en la Asamblea se considera casi un hecho que será electo Mauricio Claver-Carone, que sería el primer estadounidense al mando del banco desde su fundación en 1958. Hasta ahora el organismo financiero ha tenido cuatro presidentes, todos ellos de Latinoamérica.
En cambio, si México falta, sería difícil reunir el quórum para realizar la Asamblea y elegir a Claver, cuya postulación ha provocado críticas y divisiones.
“Lo que está en juego es el futuro del banco... la dignidad de América Latina”, expresó a la AP Jorge Heine, exembajador de Chile en China y actual profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Boston.
México dijo en agosto que apoyaba la postergación de la elección, sumándose a Chile, Argentina y Costa Rica, que habían rechazado la postulación de un estadounidense; y a España, Italia y Francia de la Unión Europea, que como inversionistas del BID pidieron también retrasar la elección hasta por lo menos después de los comicios presidenciales de noviembre en Estados Unidos.
Sin embargo, en los últimos días surgieron informes extraoficiales de que el gobierno mexicano asistiría a la Asamblea, ayudando a conformar el quórum para que Claver sea presidente. La secretaría de Hacienda de México no respondió los mensajes de AP para esclarecer su posición.
El jueves por la noche, el gobierno de Argentina publicó en su cuenta de Twitter que se abstendría de votar.
El país sudamericano reafirmó su coincidencia con quienes han expresado la “inconveniencia” de que se rompa la tradición de tener a un lationamericano al frente del organismo e invitó “al resto de los países miembros del BID a ejercer en el mismo sentido su abstención en la próxima Asamblea”. Agregó que, de no debatir adecuadamente el futuro del BID, se “corre el riesgo de profundizar la división de nuestra región”.
El BID, que con préstamos anuales de unos 13.000 millones de dólares es la mayor fuente de financiamiento para Latinoamérica y el Caribe, fue creado bajo un acuerdo implícito de que su presidente sería latinoamericano, pero el gobierno de Donald Trump buscaría quebrar esa tradición con la designación de Claver, su asesor de seguridad nacional para América Latina.
Lo apoyan Colombia, Brasil, Bolivia y la oposición de Venezuela.
Para que la Asamblea se realice es necesario que los países presentes representen el 75% de la inversión del banco. Si no hay quórum, no se concretaría la reunión ni la elección del nuevo presidente.
El mayor inversionista del BID es Estados Unidos, con el 30% del total de los fondos. Le siguen Argentina y Brasil con el 11,3% cada uno. México representa casi el 7,3%, Japón el 5%, Canadá el 4%, Venezuela el 3,4%, y Chile y Colombia el 3,1%.
Además de Claver, también postula el secretario de Asuntos Estratégicos de Argentina, Gustavo Beliz, que trabajó en el BID unos seis años.
La elección ocurre mientras la economía latinoamericana es golpeada por la pandemia del coronavirus. Se contraerá al menos 9,1% en 2020, según la CEPAL.
Para poder financiar a Latinoamérica, el BID debería incrementar su capital, pero existen dudas de que pueda hacerlo bajo mandato de Claver.
Varios legisladores, entre ellos Patrick Leahy, el demócrata de mayor jerarquía en el Comité de Apropiaciones, han dicho públicamente que se oponen a cualquier aumento de capital en el BID si Claver llega a la presidencia.
Claver ha dicho que su candidatura ayudará a la región.
“Es un compromiso histórico por parte de Estados Unidos para ayudar a la región en su recuperación tras esta pandemia y en el crecimiento económico, y en el desarrollo consecuente a la pandemia y después”, mencionó en una conferencia reciente.
Para el excanciller mexicano Jorge Castañeda, que ha criticado a México por su supuesto cambio de posición de apoyo a Claver, la elección del estadounidense “es más bien un tema simbólico de una derrota de la región” frente a Estados Unidos.
“No creo que la política del BID cambie mucho con alguien como Claver”, dijo Castañeda en entrevista telefónica con la AP, tras destacar que tal vez tenga dificultades para obtener fondos debido a la resistencia de legisladores como Leahy.
Otros, sin embargo, están convencidos de que Claver cambiará el enfoque del banco e impulsará la política estadounidense.
“Lo que quiere Claver es transformar al BID en el brazo financiero de Estados Unidos en América Latina”, expresó Heine, el exembajador de Chile.