Rebasan a la autoridad y avanza caravana de migrantes centroamericanos hacia EEUU

 Huyendo de la pobreza que se ha agravado con el coronavirus, miles de hondureños, en su mayoría hombres y mujeres jóvenes con niños y mochilas al hombro, iniciaron el miércoles, desde la ciudad norteña San Pedro Sula, una nueva caravana rumbo a Estados Unidos, la más grande desde que la pandemia obligó a cerrar las fronteras.

En la mañana, en el punto fronterizo Corinto, a metros de Guatemala, los migrantes fueron detenidos por efectivos de seguridad quienes les solicitaron pruebas negativas de COVID-19 para permitirles continuar con su largo viaje. Poco después, a trompicones, miles irrumpieron desde Honduras.

“Las estimaciones son entre 2 mil 500 a 2 mil 800 personas que ingresaron esta mañana. Fue algo que sobrepasó a las fuerzas de seguridad, fue algo terrible”, declaró Guillermo Díaz, director de Migración en Guatemala, en rueda de prensa.

La autoridad agregó que un migrante hondureño falleció en suelo guatemalteco al ser arrollado por un camión tras intentar subirse a él.

Del lado hondureño, algunos pocos aún buscaban cruzar por la zona fronteriza pero eran contenidos por policías antimotines. Autoridades de Guatemala aseguraron que un grupo de unos 3 mil migrantes buscaría ingresar al país el viernes.

Muchos de los miembros de la caravana usaban mascarillas para evitar contagiarse de COVID-19, una enfermedad que ha dejado poco más de un millón de muertes en todo el mundo.

El gobierno de México, el próximo país en la larga travesía de los inmigrantes, anunció el jueves que quien ingrese a su territorio deberá someterse a protocolos de salud aplicados en medio de la pandemia y aseguró que quien no cumpla con las disposiciones será sancionado con hasta 10 años de cárcel.

En el pasado, México le ha cortado el paso a los migrantes, incluso desplegando a su Guardia Nacional, una policía militarizada. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha vanagloriado de que, gracias a acuerdos con México y los países centroamericanos, la migración ilegal se ha reducido.

“Esta nueva caravana es un efecto más de la pandemia, pero sobre todo de las desigualdades sociales que existen y se han incrementad (con el coronavirus)”, opinó Misael Hernández, un investigador experto en migración.

“TENGAN CORAZÓN”

Cada año, miles de migrantes centroamericanos, caribeños y hasta africanos emprenden una larga y peligrosa travesía hacia Estados Unidos en busca de un mejor futuro. Sin embargo, pocos llegan a su destino final: unos son deportados, otros secuestrados y algunos hasta asesinados.

La pandemia del coronavirus no sólo ha dejado una estela de muertes en Centroamérica, sino que está agravando la pobreza -a veces crónica- en muchos países de la región.

Honduras proyecta el mayor declive económico en su historia tras seis meses de estrictas medidas de confinamiento destinadas a frenar la propagación del coronavirus. El banco central estima para este año una contracción de hasta un 8% mientras la pobreza acosa a un 62% de la población.

“Les pedimos que tengan corazón, solamente queremos tener dinero para comer, aquí no hay empleo, nadie se menea por gusto es por necesidad”, confesó Carlos, un hondureño de la caravana quien no quiso revelar su nombre completo.

“Nos piden que nos hagamos la prueba del COVID, pero no tenemos dinero para comer, menos para eso”, agregó.

El gobierno guatemalteco emitió un comunicado donde aseguró que estaba brindando asistencia a los integrantes de la caravana, pero agregó que estaba velando porque exista una migración respetando las medidas sanitarias establecidas.

“Entendemos que la situación económica de los países del Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras) se ha hecho más crítica con los efectos de la pandemia, pero esto no justifica tomar el riesgo (...) de iniciar la travesía hacia Estados Unidos, que es tan peligrosa”, dijo.

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