sacudiera el noreste de Japón, dejando 150 heridos y fallos en el suministro electricidad y las líneas de tren.
El cese de actividades en las refinerías del cuarto importador mundial de petróleo constituyen otro golpe después de que la pandemia provocara una fuerte caída de la demanda de crudo en el último año.
El terremoto afectó hasta 743.000 barriles por día (bpd) de capacidad de procesamiento de petróleo, casi el 22% del total de aproximadamente 3,4 millones de bpd de Japón.
Las refinerías situadas entre Yokohama y Sendai, cerca del epicentro del terremoto de magnitud 7,3 que se produjo poco antes de la medianoche del sábado, cerraron automáticamente o detuvieron inmediatamente actividades para realizar chequeos.
Eneos informó el lunes que cerró su refinería de Sendai, de 145.000 bpd, tras el terremoto del sábado. La empresa sigue haciendo chequeos y no tiene una fecha de reanudación, dijo un portavoz.
Posteriormente, Eneos dijo que la refinería de Negishi, de 270.000 bpd, también había cerrado y no tenía fecha para reanudar operaciones.
El terremoto, que se produjo frente a la costa del noreste de Japón, dejó decenas de heridos, provocó cortes generalizados de energía y causó daños en el norte de Japón, incluida Fukushima, que todavía está recuperándose una década después de un terremoto mayor en la misma zona.
Fuji Oil Co Ltd cerró la unidad de procesamiento de crudo de 143.000 bpd en su refinería de Sodegaura en Chiba, al este de Tokio, tras verse afectada por el terremoto del sábado, dijo un portavoz de la compañía el lunes.