Al igual que en los días anteriores, en la mañana hubo una protesta pacífica, y artistas del grafiti pintaron un mural crítico del rey de España Felipe VI y su padre, el exrey Juan Carlos I, en solidaridad con el rapero Pablo Hasél.
Pero al caer la noche las tensiones aumentaron. Los manifestantes, la mayoría vestidos de color oscuro, marcharon por el centro hacia la sede de la Policía Nacional.
Después de haber sido impactados por piedras, botellas, basura y petardos durante media hora, los agentes catalanes se movilizaron, con el apoyo de unas camionetas, para despejar la calle desde el cuartel policial. Las tiendas volvieron a ser agredidas por vándalos, que les rompieron las ventanas.
Más de 100 personas, incluidas siete el domingo, han sido detenidas en enfrentamientos violentos con la policía desde que Hasél fue detenido el martes para cumplir con una sentencia de nueve meses en prisión, impuesta por sus tuits y letras de canciones en las que insultó al monarca español y elogió la violencia perpetrada por terroristas.
La policía catalana señaló que el sábado realizó más de 35 arrestos en Barcelona y otras localidades aledañas después de que los manifestantes destrozaron ventanas y se enfrentaron con agentes. Otras manifestaciones en España, incluido Madrid, fueron pacíficas en su mayor parte.