referéndum para modificar la Constitución del país antes de febrero, y que espera organizar elecciones presidenciales y legislativas a principios del próximo año.
En una entrevista, Henry rechazó los señalamientos de opositores que lo acusan de querer mantenerse en el poder, y dijo que la desconfianza es uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta.
Henry dijo que el referéndum es una prioridad porque la mayoría de las figuras políticas y líderes de la sociedad civil rechazan la actual Constitución. Añadió que aún no se ha nombrado un consejo electoral que se encargue de fijar las fechas, después de que él mismo disolviera el anterior consejo provisional.
"Las elecciones deben llevarse a cabo lo antes posible", dijo, mientras lamentaba la falta de confianza de los haitianos. "La gente no cree lo que se dice".
Tras varios aplazamientos este año, las elecciones presidenciales y legislativas estaban programadas para el 7 de noviembre. Pero el asesinato del presidente Jovenel Moïse en su domicilio el 7 de julio trastocó esos planes.
Por otra parte, Henry criticó la forma en que el gobierno estadounidense trató recientemente a los migrantes haitianos en la frontera entre Estados Unidos y México, desde donde expulsó a más de dos mil 300 de ellos. Dijo que esa acción no fue "adecuada".
"No entendemos la manera como nuestros compatriotas fueron tratados", manifestó.
Las declaraciones realizadas por el primer ministro de Haití se produjeron pocas horas antes de que llegara a Puerto Príncipe el subsecretario de Estado Brian Nichols, el principal diplomático de Estados Unidos para América Latina. Nichols trata de hacer control de daños tras la abrupta renuncia del enviado especial de Estados Unidos en Haití la semana pasada.