modificado (OGM) procedentes de Estados Unidos, durante una reunión con su homólogo estadounidense, Tom Vilsack, el miércoles en Iowa.
A finales del año pasado, México publicó un decreto con el que pretende eliminar las importaciones de maíz, principalmente genéticamente modificado y para consumo humano, pero no definió qué productos estarían incluidos, generando confusión en la industria agrícola.
El Gobierno se comprometió a sustituir las importaciones con producción local para 2024.
México es el segundo comprador de maíz estadounidense, después de China. El secretario de Agricultura mexicano, Víctor Villalobos, dijo que el país no permitirá el cultivo de maíz transgénico pero sí las importaciones de su vecino del norte.
"Seguiremos requiriendo y exigiendo maíz de Estados Unidos", dijo a periodistas el funcionario, que destacó que México depende del grano "para las agroindustrias".
Por su parte, Vilsack sostuvo que las semillas son lo próximo que el Departamento de Agricultura considerará bajo una orden del Gobierno sobre competencia.
El Gobierno del presidente estadounidense, Joe Biden, planea estudiar la industria de las semillas para ver "por qué está estructurada de la manera en que está estructurada", dijo Vilsack. "Te preguntas si estas patentes de largo plazo tienen sentido".
Empresas como Bayer AG y Corteva Inc desarrollan semillas y herbicidas genéticamente modificados que otras compañías solo pueden producir una vez que expira una patente.
Bayer, que adquirió Monsanto en 2016, ha sido durante mucho tiempo dominante en el mercado estadounidense.