energía sea un fenómeno temporal, mientras que la Comisión Europea (CE) se mostró dispuesta a ajustar su política económica si persiste el incremento de la inflación.
“Hubo un amplio consenso en que la naturaleza de los precios crecientes es temporal. Debemos monitorizar el desarrollo de los precios de la energía y su impacto en la inflación de cerca”, declaró el ministro esloveno de Finanzas, Andrej Sircelj, cuyo país ocupa la presidencia rotatoria de la UE.
El ministro se expresó en ese sentido tras la reunión de ministros de Economía y Finanzas de los Veintisiete celebrada hoy en Bruselas, en la que abordaron el aumento de la inflación y, en particular, de los precios de la energía.
Según la primera estimación preliminar de Eurostat, la inflación en la eurozona llegó al 4,1 % en octubre, impulsada, sobre todo, por la subida de los precios de la energía.
Sircelj detalló que en el encuentro de hoy se intercambiaron impresiones sobre las medidas adoptadas en los países ante el alza de los importes energéticos, como reducciones en los impuestos, prestaciones sociales o subsidios.
“Las medidas deberían centrarse, especialmente, en los hogares y empresas vulnerables para aliviar la carga”, dijo.
Por su parte, el vicepresidente económico de la CE, Valdis Dombrovskis, aseguró que el Ejecutivo comunitario seguirá supervisando la evolución de la inflación “de cerca”, y afirmó que está “preparado para ajustar sus políticas si es necesario”.
Dombrovskis reconoció que la inflación del 4,1 % en la eurozona en octubre supone alcanzar un nivel nunca superado desde el inicio de la serie histórica en 1997.
De todas formas, recalcó que la mayoría de elementos que están provocando el incremento de la inflación “parecen ser transitorios”.
“Esperamos que la inflación se modere de forma gradual en 2022, pero tras un incremento adicional en los próximos meses”, constató, antes de que el próximo jueves la CE presente sus previsiones macroeconómicas de otoño.
Añadió que las causas de la mayor inflación son globales, y mencionó el auge de los precios de las materias primas y de la energía, en particular, del gas natural, así como los atascos en las cadenas de suministro o la liberación de la demanda reprimida a medida que las economías se reabren.
La vicepresidenta primera y ministra española de Economía, Nadia Calviño, insistió en que la Unión Europea adopte medidas para hacer frente a la subida de los precios de la energía, más allá de la que toman a nivel nacional los Estados miembros.
Los ministros también debatieron hoy la reforma de las normas fiscales, tras la primera discusión que mantuvo el Eurogrupo el lunes.
El Ejecutivo comunitario reanudó en octubre el debate sobre la revisión de las reglas europeas de disciplina presupuestaria para conciliar una reducción "realista" de la deuda pública con las inversiones millonarias que requerirá la transición ecológica.
Bruselas publicó un documento en el que analiza la situación económica de la UE por el impacto de la covid-19 y extrae las "lecciones" que deja para su marco de gobernanza, pero no hace propuestas concretas de reforma.
La Comisión había empezado en febrero de 2020 la revisión de estas reglas, que fundamentalmente exigen que la deuda pública no supere el 60 % del producto interior bruto (PIB) y el déficit no rebase el 3 %, pero la pandemia obligó a paralizarla.
En marzo de ese año, suspendió las normas para permitir el enorme gasto público con que los Gobiernos respondieron a la crisis y el plan es que se reactiven en 2023.
La intención de Bruselas es que los Gobiernos del club comunitario logren un acuerdo sobre las reglas antes de que en 2023 se vuelvan a aplicar.
El ministro esloveno de Finanzas instó a tener en cuenta que la situación actual, con unas deudas públicas mucho más elevadas, no es la misma de febrero de 2020.
Dombrovskis, por su parte, llamó a reflexionar sobre cómo las reglas pueden “ayudar” a rebajar las ratios de deuda pública respecto al producto interior bruto (PIB), “porque esto determinará cómo de bien podemos responder a posibles sacudidas futuras”, pero apostó por hacerlo “de un modo inteligente, gradual, sostenido y favorable al crecimiento”.
El político letón también se refirió al fondo de recuperación y comentó que si bien en Bruselas esperan recibir “este año” algunas solicitudes de los Estados miembros para obtener los primeros desembolsos formales, “la mayoría llegarán en 2022”.
España ha manifestado en reiteradas ocasiones que solicitará ese primer desembolso formal, de unos 10.000 millones de euros, en los próximos días.