los desequilibrios persisten y un aumento de la inflación más sólido y prolongado de lo esperado están empañando el horizonte, señaló la OCDE.
En su informe Perspectivas Económicas, la organización con sede en París indicó que las alzas de precios alcanzarán su punto máximo a fin de año a medida que la demanda se estabilice, los estrangulamientos por el lado de la oferta disminuyan y la gente regrese a la fuerza laboral. La situación presenta “considerables desafíos de política” para las autoridades monetarias que deberían estar listas para intervenir, sin tomar medidas precipitadas para frenar la inflación.
“En las circunstancias actuales, lo mejor que pueden hacer los bancos centrales es esperar a que disminuyan las tensiones de suministros y señalar que actuarán si es necesario”, dijo la economista jefe de la OCDE, Laurence Boone, en un comentario sobre pronósticos compilados en su mayoría antes de que surgieran las noticias de la variante ómicron del coronavirus.
Recientes informes de inflación en las principales economías están desafiando a los banqueros centrales. En Estados Unidos, la inflación aumentó en octubre al ritmo más rápido desde 1990, mientras que la eurozona registró en noviembre la tasa más alta en la historia de la moneda única. En tanto, el Banco de Inglaterra sentó las bases para elevar las tasas en los próximos meses con el objetivo de evitar un sobrecalentamiento.
La aparición de la nueva cepa del virus se suma a las dificultades para obtener apoyo político; el presidente de la Reserva Federal de EE.UU., Jerome Powell, advirtió de una “mayor incertidumbre para la inflación” y dijo el martes que la palabra “transitorio” debería eliminarse cuando se habla de aumento de precios.
A pesar de que los pronósticos se prepararon en gran medida antes de que ómicron sacudiera los mercados globales y la confianza de los inversionistas, la OCDE colocó nuevas variantes al inicio de su lista de “riesgos significativos” que rodean a las proyecciones. Esas amenazas también incluyen una posible decepción en la economía de China si persisten los problemas en el sector inmobiliario y continúan las sorpresas alcistas de la inflación.
La OCDE revisó a la baja su proyección de crecimiento global para este año, recortándola en 0,1 de punto porcentual a 5,6%, y mantuvo su pronóstico para 2022 en 4,5%. También redujo sus perspectivas para la producción de EE.UU., China y la eurozona para ambos años.
Boone dijo que la perspectiva es “cautelosamente optimista”, pero también observó que hay más riesgos a la baja que al alza en una reactivación desequilibrada. Para combatir eso, el economista jefe dijo que se deben intensificar los esfuerzos de vacunación para evitar caldos de cultivo para variantes más letales del virus.
“La recuperación es real, pero la tarea de los encargados de política monetaria es difícil”, dijo Boone. “Deben equilibrar la prudencia, la paciencia y la perseverancia mientras desarrollan planes nuevos y mejorados para transformar las economías”.