Israel trabaja contrarreloj para exportar parte de sus recursos gasísticos marinos hacia Europa, que busca un reemplazo a los combustibles fósiles rusos tras la invasión de Ucrania y las sanciones contra el régimen de Vladimir Putin.
La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, sugirió poner fin a la dependencia europea de hidrocarburos rusos para 2027. Rusia es actualmente el primer proveedor de gas de la Unión Europea (UE): representa el 45% de las importaciones de gas y casi el 40% del consumo del bloque.
La guerra en Ucrania convierte a "Europa en un nuevo mercado, especialmente para Israel", que nunca había considerado al continente, dijo la ministra israelí de Energía, Karine Elharrar. El país inició negociaciones con la UE para determinar la cantidad de gas que es capaz de suministrar, así como los posibles plazos.
"No podrá sustituir a Rusia, pero sin duda podrá ser un actor serio, susceptible de ofrecer a Europa más independencia y fuentes de energía más diversificadas", indicó a la AFP Yuval Steinitz, exministro de Energía israelí.
La ausencia de un gasoducto para exportar los hidrocarburos a Europa ha avivado intensas negociaciones para encontrar una solución. Entre las posibles opciones, Israel podría enviar el gas mediante Egipto, que dispone de plantas de licuefacción de gas, para luego exportarlo hacia Europa en forma líquida.
Otra opción es construir un gasoducto hacia Turquía, que ya tiene infraestructuras gasísticas hacia Europa y representa la opción menos costosa. No obstante, el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, dijo el mes pasado que el proyecto no estaría listo en el corto plazo.