los Estados miembros reduzcan "preventivamente" su consumo para llenar los depósitos en caso de que Rusia corte totalmente el flujo y no haya suficientes GNL en un mercado "muy tensionado".
"La situación se está deteriorando, el riesgo para el suministro es más elevado que nunca", dijo hoy la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, tras una reunión a puerta cerrada en Luxemburgo con los ministros de Energía de los Veintisiete para analizar el impacto de la guerra en Ucrania en el sector energético comunitario.
Doce Estados miembros, como Alemania, Italia, Polonia o Finlandia, ya han visto limitados o cancelados los envíos de gas ruso, en una maniobra que Bruselas considera "una estrategia deliberada para convertir la energía en un arma".
El riesgo "no es inmediato", precisó la comisaria, quien señaló que las reservas de gas de los países de la UE se encuentran "por encima de la media histórica" al 56,58 % de su capacidad total.
"Pero es probable que las cosas se vuelvan más difíciles en los próximos meses", declaró Simson, quien pidió a los países que, voluntariamente, reduzcan su consumo desde ya en un 5 %.
Los países de la UE han adoptado un reglamento para obligarse a tener los depósitos llenos al 85 % a mediados de otoño, pero no hay suficiente gas en el mundo porque la demanda de gas natural licuado (GNL) es más fuerte que la producción.
"No sólo los altos precios son un desafío, sino también la disponibilidad de gas", resumió la eurocomisaria.
Por ello, la Comisión ha pedido a los Estados miembros que empiecen a ahorrar ya mismo, que llenen esas reservas cuanto antes y que presenten planes de contingencia nacionales que Bruselas procurará coordinar para que los desajustes desestabilicen lo menos posible la economía europea.
La lógica es que si en caso de escasez de gas un Estado miembro decide cerrar una fábrica de coches para que los hogares tengan calefacción, por ejemplo, se haga en coordinación con plantas de otros países que produzcan piezas para esos vehículos.
La Comisión presentará en el mes de julio, en una fecha aún por definir, una comunicación con esas orientaciones para que los Estados miembros puedan identificar "sectores críticos" y limitar los daños para que la industria se prepare para la próxima temporada de frío en el hemisferio norte, cuando aumenta el consumo.
La UE está diversificando los proveedores y en mayo marcó otro nuevo récord de importaciones de gas natural licuado (GLN) hasta alcanzar los 12.500 millones de metros cúbicos (12,5 bcm), en línea con los 50 bcm de gas ruso que Bruselas aspira a sustituir por gas licuado en el plazo de un año.
Pero la Comisión asume que no se puede sustituir todo el gas que tradicionalmente se ha comprado a Rusia y es posible que en algún momento los países tengan que decretar racionamientos.
En todo caso, en el peor escenario no se prevé que falte gas para las calefacciones de los hogares, que son consumidores protegidos que tienen prioridad de acceso a esa materia prima energética.
Bruselas también ha pedido a las capitales que intenten sustituir el gas por otros combustibles, tanto en la industria como en la generación eléctrica, como parte del plan a corto plazo para anticiparse a "seis meses difíciles".
A medio y a largo plazo la UE sigue trabajando en acelerar el despliegue de renovables y mejorar la eficiencia energética.
En ese sentido, los ministros de Energía de los Veintisiete fijaron una posición común para poder negociar el próximo otoño con el Parlamento Europeo dos piezas clave del ingente paquete legislativo "Fit for 55" para descarbonizar la economía europea en 2050.
En concreto, y de cara a la negociación final con el Parlamento Europeo, los países acordaron reducir en un 36 % el consumo de energía final en 2030 y en un 39 % en consumo energético primario, frente al objetivo del 32,5 % fijado actualmente.
De cara a esa negociación con la Eurocámara, también consensuaron ampliar del 32 al 40 % el objetivo mínimo de consumo de energía renovable al final de esta década, dos movimientos que buscan colocar a la UE en una posición de menor dependencia energética en el futuro.