México, 30 de agosto 2022: Rusia creó un sistema de control de la información de las acciones bélicas destinado a difundir mentiras abiertas destinada a sectores prorrusos ubicados en ciertas zonas de Ucrania, difundiendo que las poblaciones de habla rusa quieren formar parte de ese país.
Dichas estrategias documentadas en los últimos meses, muestran como los medios estatales, las redes sociales y declaraciones de funcionarios y políticos rusos pretenden deslegitimar a Ucrania y deshumanizar a los ucranianos. Vladimir Putin permanentemente ha insistido en negar que Ucrania es una autentica nación independiente, lo cual ha sido la base de la campaña de desinformación. El mismo Putin ha declarado que los rusos y los ucranianos son un mismo pueblo, Ucrania fue creada por Rusia y forma parte de Rusia.
La maquinaria estatal propagandística rusa ha usado estos argumentos para negarle a Ucrania su legítimo derecho a la independencia e incluso a su propia existencia.
El gobierno del Kremlin ha presentado mapas en dónde se ve que Ucrania es sólo Kiev y sus alrededores; mostrando el resto del país dividido entre Rusia, Polonia, Rumania y Hungría.
Rusia ha hecho referencia a supuestos analistas occidentales que han estado propagando una “supuesta fantasía colonial de Rusia”.
Otra de las estrategias ha sido el tratar de borrar la identidad cultural ucraniana, colocando espectaculares en las zonas ocupadas que dicen “Kherson- una ciudad con una historia rusa”, que incluyen citas patriotas rusas. Más de 160 sitios culturales han sido dañados por la invasión. Los ucranianos insisten y reivindican que su país tiene su propia identidad cultural nacional desde hace siglos y Putin quiere asimilarlos con la cultura rusa.
También, han intentado descalificar por los medios estatales y programas televisivos a la población de Ucrania, comparándolos con gusanos. Obvio, conductores leales al gobierno incluso como se ha visto al interior de Rusia, no pueden hablar de una “invasión” sino de una “operación especial” al grado de encarcelar a quien haga referencia a la invasión.
Por otra parte, en las áreas controladas por Rusia en Ucrania, dónde distribuyen agua, comida y medicinas y que se hacen largas filas para obtenerlas, obligan a la gente a aceptar el pasaporte ruso. Esto lo han usado en medios públicos mostrando imágenes diciendo que los ucranianos están deseosos de obtener el pasaporte ruso, y adquirir su ciudadanía. Sin embargo, esta campaña ha fracasado, algunos sondeos muestran que sólo un 3% de ucranianos desean unirse a la Unión Aduanera de Eurasia dirigida por Rusia, mientras un 90% quiere formar parte de la Unión Europea.
Por otra parte, han iniciado un proceso de reeducación en las zonas controladas por los rusos.
A pesar de ello, esta campaña no ha logrado el objetivo de convencer a los residentes en las zonas ocupadas del este y sur de Ucrania. Ha sido un completo fracaso a la hora de querer construir una identidad prorrusa en esta región.
“Putin no ha logrado convencer a los ucranianos de habla rusa de que son ‘víctimas de un genocidio’ y que los ‘fascistas’ controlan al gobierno de Kiev, sino que también se olvidó de proporcionar una respuesta alternativa convincente a la nacionalidad ucraniana”, comentó el doctor Jon Roozenbeek quién realizó una investigación en este sentido. También afirma que cuando los insurgentes apoyados por Putin “tomaron los medios de comunicación a la fuerza”, los esfuerzos por inculcar una ‘identidad’ prorrusa fueron flojos y mediocres”.
La guerra que ya tiene siete meses y que el gobierno ruso la ha denominado como se mencionaba, con un eufemismo “operación especial”, hacia el interior de Rusia solo ha logrado apoyo a través de la industria de la manipulación política y la propaganda en ciertos sectores de su población, usando falsedades y mentiras que al final solamente ha tenido impacto en su país.
En cambio, hacia el exterior Putin no ha logrado imponer su visión propagandística, argumentando que “la expansión de la OTAN” hacia el este representa una amenaza a la seguridad nacional rusa. Moscú gasta más de 300 millones de dólares al año transmitiendo en inglés, español, francés y otros idiomas presentando a Ucrania como un títere de la OTAN para atacar a Rusia. Sin embargo, este “mito” no ha logrado penetrar en la población occidental, a pesar de todo lo que han invertido en esto.
Ramiro Pineda Murguía
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