Denuncia HRW sistema ruso de filtrado de ucranianos

testigos violaciones contra el derecho humanitario internacional en zonas ucranianas ocupadas por Rusia.

Se trata de un documento sobre el horror, las arbitrariedades y el encierro de personas, así como de otras violaciones contra el derecho humanitario internacional en territorios ucranianos ocupados por Rusia. El informe de la oenegé Human Rights Watch (HRW) se basa en el testimonio de 117 testigos, de los cuales, la mayoría ha pasado por el llamado "proceso de filtración" de las autoridades rusas y su aliados en el este de Ucrania.

Miles de personas fueron detenidas cuando huían, sobre todo después de que el Ejército ruso conquistara en primavera el sur de Ucrania y la ciudad de Mariúpol.

Los largos interrogatorios prosiguen hasta el día de hoy, con el objetivo de "filtrar" quiénes son los soldados ucranianos de entre todos los huidos. En este proceso, las autoridades registran datos biométricos, como huellas dactilares, y "hacen retratos de frente y de perfil", asegura el informe de HRW. Copian los contactos de los celulares de los refugiados y leen sus mensajes privados de texto, así como sus comentarios en redes sociales. Los testimonios de los testigos sobre lugares de internamiento y procedimientos hacia los detenidos coinciden parcialmente sin haberse encontrado nunca, lo que indica la elevada veracidad del contenido de las entrevistas..

Huida, detención y "filtración"

Los investigadores de HRW llevaron a cabo las conversaciones con testigos entre el 22 de marzo y el 28 de junio de 2022. Tras su huida, algunas personas viven en Noruega, Alemania y otros países occidentales. Durante la batalla por Mariúpol, 78 de los participantes en el informe de HRW lograron ponerse a salvo en Zaporiyia, en el sur de Ucrania.

El Gobierno de Ucrania calcula que 1,2 millones de sus ciudadanos fueron a Rusia, muchos de ellos obligados, otros voluntariamente, porque no les quedaba otra opción. Así pues, la detención y posterior proceso de "filtración" constituye para muchos el principio de su huida de la guerra. Eso viola el Convenio de Derechos Humanos de Ginebra.

Belkis Wille, investigador de HRW y coordinador del informe, dice que "el traslado de personas hasta las zonas ocupadas por Rusia y su posterior traslado a Rusia sin su permiso" debe parar inmediatamente. "Las autoridades rusas y las organizaciones internacionales deben hacer todo lo posible para que aquellos que fueron llevados a Rusia en contra de su voluntad y que desean regresar a casa, puedan hacerlo de manera segura". HRW asegura haber pedido a Moscú un posicionamiento sobre el informe antes de su publicación, pero no ha obtenido respuesta alguna.

Diez días en la cola

Una testigo de Melekine, al sur de Mariúpol, describe cómo abandonó a pie su hogar junto a su marido a mediados de abril. Anduvieron hasta Manusch, donde fueron detenidos por separatistas prorrusos de la llamada República Popular de Donetsk. Allí tuvieron que esperar diez días hasta que los interrogaran. "Básicamente, uno se pasa todo el día en una cola. Por la tarde, cuando hay toque de queda, se vuelve al alojamiento. Al día siguiente, lo mismo", relata la mujer.

Un hombre de Mariúpol explica como él, junto con "docenas" de personas de su ciudad fue retenido durante dos semanas en la escuela de un pueblo, con condiciones higiénicas catastróficas, hasta que comenzaron los interrogatorios. "Nos sentimos como rehenes", revela este testigo.

"Las personas que 'no superaban' el proceso, porque aparentemente tenían contactos con el Ejército ucraniano o con grupos nacionalistas, eran detenidos en las regiones controladas por Rusia. Entre otros lugares, en el campo de prisioneros de Olenivka, donde, según algunos informes, 50 prisioneros ucranianos murieron tras una explosiónel 29 de julio", continúa el informe de HRW. En total, la oenegé calcula que existen 15 centros de interrogación e internamiento en la zona ocupada por Rusia.

Otro informe habla de 21 centros

Según el reciente análisis "Sistema de Filtración", publicado a finales de agosto por la Universidad de Yale, en realidad hay 21 centros de este tipo en las zonas ocupadas. Los investigadores estadounidenses se basan en datos de fuentes accesibles, como noticias y videos de Messenger y otros medios sociales, así como en grabaciones satelitales de los centros.

Según este trabajo, estos lugares se dividen en cuatro categorías: sitios de "registro", centros donde las personas permanecen contra su voluntad hasta su interrogatorio, centros para repetir los interrogatorios y, finalmente, campos de internamiento. El informe revela que, "en algunos casos específicos, las personas liberadas describen acciones, como la utilización de corrientes eléctricas, condiciones extremas de aislamiento y castigos físicos que legalmente equivalen a la tortura", si las acusaciones pudieran ser probadas. Además, "hay indicios de que que el sistema comenzó a erigirse semanas antes de la invasión y que probablemete fue ampliado tras la toma de Mariúpol en abril de 2022, con el objetivo de poder filtrar a todos los ciudadanos".

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