para todos los dispositivos electrónicos en la Unión Europea a partir del otoño de 2024, el punto y final a una batalla política de más de una década en Bruselas para reducir la basura electrónica que generaba la falta de armonización.
Por 602 votos a favor, 13 en contra y 8 abstenciones, los eurodiputados dieron luz verde al acuerdo cerrado en junio para unificar el uso del USB-C en teléfonos móviles, tabletas, libros electrónicos, cámaras digitales, videoconsolas y auriculares, algo que será obligatorio dos años después de que se adopte esta legislación en productos comercializados a partir de esa fecha.
El actual sistema, en el que compartían espacio el USB 2.0 Micro B, el USB-C y el Lightning (exclusivo de Apple) gracias a un acuerdo voluntario de 2009, contribuía aún a generar hasta 11.000 toneladas al año de residuos electrónicos, según las estimaciones de la Comisión Europea.
La nueva normativa pretende atajar esta cifra permitiendo a los consumidores comprar nuevos dispositivos electrónicos sin tener que adquirir un cargador adicional (lo cual ahorrará a los ciudadanos hasta 250 millones de euros anuales en cargadores innecesarios) e iguala también la velocidad para los dispositivos que permiten la carga rápida, sin importar el cargador que se esté usando.
En un principio, las computadoras portátiles no quedarán vinculadas a las nuevas normas, pero sí tendrán que cumplirlas como mucho tres años y medio después de la entrada en vigor de la norma (esto es, aproximadamente a mediados de 2028).
El eurodiputado que ha encabezado la negociación, el socialdemócrata maltés Alex Agius Saliba, escenificó el cambio ante el hemiciclo con una caja llena de cables a un lado del estrado y un único cargador USB-C en el otro lado.
"Este es el pasado", dijo señalando la caja, "y este el futuro", afirmó, con el cable único en la mano.
" Hemos esperado más de diez años para esta ley, pero la plétora de cargadores actuales será pronto cosa del pasado. La normativa permite el desarrollo de soluciones de carga innovadoras y beneficiará a todos, desde los consumidores, hartos de cambiar de cargador, al medio ambiente ", dijo posteriormente.
También la vicepresidenta de la Comisión Europea a cargo de Competencia, Margrethe Vestager, compartió en su Twitter una foto con decenas de cables enredados y afirmó que "en otoño de 2024, los tiempos en los que teníamos que pelearnos con muchos cargadores diferentes se empezará a convertir en un recuerdo de un tiempo pasado y extraño, de costes innecesarios e inconveniencia".