fundación a la que da nombre, ha afirmado este miércoles que se necesita crear un marco político mundial que ponga fin a la contaminación por plástico desde la raíz del problema, con un tratado mundial que allane el camino a las economías emergentes para que todos los países estén en las mismas condiciones.
MacArthur, Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2022, ha ofrecido una rueda de prensa tras su llegada a Oviedo, donde el viernes recibirá el galardón, en la que ha defendido las bondades de la economía circular frente a la tradicional, la lineal, que no repara en la importancia del reciclaje.
Tras destacar el honor que supone para su persona esta distinción, MacArthur (Derbyshire, Inglaterra-1976) ha afirmado que en los últimos doce años, la Fundación que lleva su nombre se ha centrado en la economía circular pese a que muchas personas pensaban que "un desperdicio" de tiempo, cuando realmente estudia las causas de los problemas que atañen al mundo, sobre todo en la utilización de los materiales ya usados.
Economía circular
"A través de la economía circular sacamos el material del suelo, lo convertimos en otra cosa y le damos un uso, frente al sistema lineal de producción en el que se toma, se hace y se tira", ha incidido la exregatista profesional, que en 2005 hizo historia al completar la vuelta al mundo en solitario más rápida hecha por ningún navegante.
A su juicio, la clave reside en saber "cómo se va a volver a rediseñar el producto y cómo convertir esa linea recta en un círculo".
MacArthur ha lamentado el fracaso de la humanidad por no evitar un aumento de la contaminación por plástico y no buscar un mejor aprovechamiento de los recursos, basado en la reducción, la reutilización y el reciclaje de materiales.
A este propósito se dedica en los últimos siete años la Fundación que dirige, que tiene como objetivo cambiar los hábitos de producción y consumo de la economía mundial y acelerar la transición hacia la llamada economía circular, al mismo tiempo que intenta convencer a las empresas y gobiernos de todo el mundo de la importancia de la innovación en el tratamiento de unos recursos que tienen un futuro finito.
"Está claro que no se puede hacer las cosas como antes. Tenemos que cambiar la economía lineal con el objetivo de cambiar al modelo circular para llegar a un punto que en el que el mundo sea mejor", ha recalcado.
Países emergentes
En relación a los países emergentes o menos desarrollados, la activista medioambiental ha apuntado que éstos, por su desarrollo económico más lento, están más cercanos a los principios de la economía circular al desechar menos cosas, por lo que es "más fácil que den el salto cuántico hacia la circularidad".
No obstante, ha apuntado, que muchos de esos mercados emergentes "se ven bombardeados por unos plásticos que no pueden reciclar, no saben qué hacer con los residuos" al no tener un sistema de recogida.
A su juicio, por eso es tan importante tener un tratado mundial al vivir en un mundo globalizado, ya que se fabrica productos en países para venderlos en unos u otros donde los sistemas de clasificación y de recogida están muy desarrollados pero en otros casos son inexistentes.
"En definitiva, necesitamos igualdad de condiciones y allanar el camino para que todo podamos crear una economía del plástico que sea duradera a largo plazo. Tiene que ser un sistema armonizado, por eso necesitamos un tratado mundial", ha concluido.