un 1%, lo que representa menos de la mitad del crecimiento registrado en 2022.
En el informe de la OIT *Perspectivas sociales y del empleo en el mundo: Tendencias 2023*, la OIT prevé asimismo que el desempleo a escala mundial aumente levemente en 2023, en unos tres millones, hasta alcanzar 208 millones de desempleados, lo que supone una tasa de desempleo mundial del 5,8%.
Sin embargo, esa cifra alcanza los 473 millones de personas desempleadas cuando se incluyen las personas que desean trabajar pero que no buscan empleo activamente, ya sea por falta de motivación, o por tener que cumplir otras obligaciones, en particular responsabilidades asistenciales.
Ese moderado aumento previsto obedece en gran medida a la escasa oferta de trabajo en los países de altos ingresos. En consecuencia, a escala mundial seguirá habiendo 16 millones de personas desempleadas más que en período de referencia previo a la crisis creada por la pandemia.
Además, la desaceleración económica obligará a más trabajadores a aceptar empleos de menor calidad, mal pagados y carentes de seguridad laboral y protección social, acentuando así las desigualdades exacerbadas por la crisis del COVID-19.
El informe indica que, esos empleos serán con frecuencia insuficientemente remunerados, y, en ocasiones, no contarán con las horas de trabajo necesarias.
- Más pobreza -
Por otro lado, habida cuenta de que los precios aumentan a un ritmo más rápido que los ingresos nominales por trabajo, la crisis asociada al coste de la vida aumentará el número de personas en situación de pobreza. Esto se suma a la amplia caída de ingresos registrada durante la crisis de COVID-19, que en muchos países afectó en mayor medida a los grupos de bajos ingresos.
El empeoramiento de la situación del mercado de trabajo obedece principalmente a nuevas tensiones geopolíticas y al conflicto de Ucrania, así como a la dispar recuperación tras la pandemia y a las frecuentes interrupciones de las cadenas de suministro a escala mundial.
Todo ello ha dado lugar a una situación de estanflación, que conjuga simultáneamente una inflación elevada y un crecimiento económico insuficiente, por primera vez desde el decenio de 1970.
- Mujeres y jóvenes, los más afectados -
La situación de las mujeres y de los jóvenes en el mercado de trabajo es particularmente adversa. A escala mundial, la tasa de participación de las mujeres en la fuerza de trabajo alcanzó el 47,4% en 2022, frente al 72,3% de los hombres. Esa diferencia de 24,9 puntos porcentuales conlleva que por cada hombre económicamente inactivo haya dos mujeres en la misma situación.
Por su parte, los jóvenes de 15 a 24 años deben afrontar graves dificultades para encontrar y mantener un empleo digno. Su tasa de desempleo es tres veces superior a la de los adultos. Más de uno de cada cinco jóvenes, a saber, el 23,5% no trabaja, no estudia, ni participa en algún programa de formación, son los llamados jóvenes “nini”.
Ante ese panorama, el director general de la OIT, Gilbert F. Houngbo indicó que “la necesidad de fomentar el trabajo decente y la justicia social es clara y acuciante".
Y comentó que la superación de todos esos retos requiere una colaboración para facilitar el establecimiento de un nuevo contrato social a escala mundial.
“La OIT abogará por una Coalición mundial que promueva la justicia social a fin de lograr el apoyo necesario a tal efecto, formular las políticas pertinentes y sentar las bases del futuro del trabajo", aseguro.
Por su parte, Richard Samans, director del Departamento de Investigaciones y coordinador del informe observó la gran inquietud que plantea el problema del menor ritmo de aumento de la productividad, ya que esta es esencial para afrontar crisis relacionadas con el poder adquisitivo, la sostenibilidad ecológica y el bienestar.
- El mercado laboral por regiones -
Se prevé que en África y en los Estados árabes se registre en 2023 un aumento del empleo del 3$, como mínimo. Sin embargo, habida cuenta del aumento de su población en edad de trabajar, cabe esperar que en ambas regiones las tasas de desempleo sólo disminuyan levemente (del 7,4 al 7,3% en África, y del 8,5 al 8,2% en los Estados árabes).
En Asia y el Pacífico, así como en América Latina y el Caribe, se prevé que el aumento anual del empleo se sitúe en torno al 1%, mientras que en América septentrional, el aumento del empleo será muy leve, o inexistente, en 2023, y se producirá un repunte del desempleo, según el citado informe.
Finalmente, Europa y Asia Central se ven particularmente afectadas por los efectos económicos del conflicto en Ucrania. No obstante, aunque se prevé que el empleo disminuya en 2023, cabe esperar que la tasa de desempleo en la región solo aumente levemente, habida cuenta del insuficiente aumento de la población en edad de trabajar.