ratificaron el miércoles a Miguel Díaz-Canel como presidente de Cuba para un nuevo mandato de cinco años.
Tal como lo establece la ley, los más de 400 representantes —son 470 en total, pero ocho de ellos estuvieron ausentes— tomaron posesión de sus cargos en la mañana, constituyeron la legislatura, eligieron de entre sus miembros al Consejo de Estado y posteriormente al gobernante de la República.
Díaz-Canel obtuvo 459 votos de los 462 legisladores presentes. También se ratificó al vicepresidente Salvador Valdés Mesa, quien venía ejerciendo dicho cargo.
Valdés Mesa obtuvo 439 sufragios favorables de los miembros de la Asamblea.
El principal desafío del nuevo mandato de Díaz-Canel será sacar adelante a la isla de una severa crisis económica producto de la recesión ocasionada por la pandemia de COVID-19, una serie de decisiones de política financiera que dispararon la inflación y severas sanciones por parte de Estados Unidos.
Tras conocerse los resultados, Díaz-Canel presentó ante el Parlamento como su primer ministro para otro período a Manuel Marrero.
Tanto Díaz-Canel como Marrero han reiterado que no habrá modificaciones en el modelo socialista y de partido único de la isla.
Los críticos del sistema político cubano sostienen que el proceso electoral no da cabida a voces opositoras y que el Parlamento respalda sin discusión al oficialismo. Pero las autoridades defienden el modelo como una forma de gobierno participativa que incorpora a todos los sectores sociales.