Osiel Cárdenas Guillén, quien se encuentra bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
El medio estadounidense NBC News reportó que a través de un comunicado, un portavoz del ICE dijo que oficiales de Operaciones de Detención y Deportación de esa agencia “tomaron la custodia de Osiel Cárdenas de la Penitenciaría de los Estados Unidos en Terre Haute, Indiana y permanece bajo custodia del ICE en espera de una determinación final”.
Según NBC, “un alto funcionario estadounidense que pidió no ser identificado al hablar de un asunto delicado, señaló que la administración de Joe Biden planea transferir a Cárdenas a México”, donde cuenta con cargos criminales. Dicha fuente señaló el lunes como la fecha más probable.
Agencias informativas señalan también que el capo sería arrestado en cuanto aterrice en nuestro país, debido a los juicios pendientes que enfrenta.
Y es que sobre el narcotraficante pesan al menos siete procesos penales y cuatro órdenes de aprehensión, según autoridades ministeriales de nuestro país.
Por ejemplo, este año ha librado una batalla judicial para que se le declare prescrito el delito de portación de arma de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, uno de los que enfrenta en México.
En segunda instancia, un Tribunal Colegiado ratificó la protección de la justicia al fundador de Los Zetas para efectos de que un Tribunal de Apelación reponga el procedimiento de amparo en el que negó extinguir la acción penal por dicho delito.
Sin embargo, el colegiado rechazó revisar la sentencia del Tribunal de Apelación en los términos pretendidos por Cárdenas Guillén, en el sentido de que se actualizara la figura de la prescripción respecto al delito de portación de arma de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, que continúa vigente en su contra.
Como líder del cártel, Cárdenas Guillén supervisó la exportación de miles de kilos de marihuana y cocaína a Estados Unidos desde México, señalan las autoridades.
Cárdenas Guillén fue puesto en libertad 21 años después de haber sido detenido y 17 desde su extradición a Estados Unidos, donde se declaró culpable de los delitos de tráfico de droga, lavado de dinero y extorsión a agentes federales de ese país.
La violencia era su sello. Basta recordar que en 1999 el capo amenazó, por ejemplo, con matar a un agente de la oficina del sheriff que trabajaba de encubierto con el ICE, después de que se negara a entregar un cargamento de aproximadamente 988 kilos de mariguana.
Tras la caída de Cárdenas Guillén en 2003, Los Zetas terminarían una lucha a muerte con el cártel del Golfo por el control total del territorio que antes compartían.
Fue detenido en 2003 en Tamaulipas y extraditado en 2007 a Estados Unidos, donde fue condenado a 25 años de prisión.
En su juicio, en la comparecencia ante el juez, pidió “perdón a México, a Estados Unidos, mi esposa y en especial a mis hijos, por todos los errores que he cometido”, declaró.
::: CLAVES
Contaminó al poder militar
Histórico. Osiel Cárdenas Guillén tiene un lugar en la historia negra del narco mexicano como uno de los capos más sanguinarios durante su liderazgo en el cártel del Golfo.
Inicios. Cárdenas Guillén fue obrero, mecánico y en el narcotráfico se inició como vendedor de drogas, hasta llegar al liderazgo del cártel del Golfo, tras la captura y extradición a Estados Unidos, en 1996, del capo Juan García Ábrego.
Corruptor. El apodado “Mata amigos”, encargó al exmilitar Arturo Guzmán Decena, “El Z1”, reclutar a elementos del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales del Ejército para su círculo de protección, dando origen a Los Zetas.
Sanguinario. Los Zetas fueron los primeros en el país en utilizar tácticas de narco terrorismo contra sus rivales, como decapitación y descuartizamiento.
::: Una rígida organización a su grupo criminal
Al crear a Los Zetas, Cárdenas Guillén buscó que mantuvieran su formación militar, por lo que solían vestir de negro y utilizaban rangos castrenses, como “comandantes, “veteranos”, “halcones” y “cobras”.
Además, expandieron sus actividades criminales a otros giros, como el comercio de combustible robado e incluso secuestro de migrantes.