Olalquiaga destacó que la deuda de todas las empresas del área química con sus proveedores en el extranjero asciende a 700 millones de dólares, 400 millones de los cuales corresponden a la deuda de las 155 empresas agrupadas en Asoquim.
"Estamos pasando por un mal momento, pues hay que pagarles a los proveedores del exterior para que puedan despacharnos materias primas, pero seguimos sin recibir los dólares oficiales solicitados para honrar dichos compromisos", enfatizó.
Denunció que hay líneas de productos que están severamente afectadas, por lo que comenzaron a disminuir su velocidad de producción en términos importantes, mientras que otras definitivamente tendrán que dejarse de producir, por falta de insumos.
"Actualmente los inventarios de numerosos insumos son muy bajos y por eso estamos frenando el despacho de productos terminados o bienes intermedios que son requeridos por otras industrias, que atraviesan una situación similar", advirtió el empresario.
A modo de ejemplo, Olalquiaga mencionó el caso de las fábricas de pintura que operan a un 30.0 por ciento de su capacidad de producción para poder estirar la materia prima, en una época que habitualmente suele ser la de mayor rendimiento.
"Pero la lista es más larga e incluye lubricantes industriales y automotrices, insumos para fabricar colchones, empaques, gases para refrigeración, colorantes para la industria textil y materia prima para elaborar detergentes, jabones de tocador y otros", abundó.
Olalquiaga dijo que otra de las consecuencias de la deuda con los proveedores es que las aseguradoras de transporte y crédito prefieren evitar asegurar los envíos hacia Venezuela por el enorme riesgo de no pago que se ha venido acumulando en los últimos años.
"Incluso si saldáramos ahora mismo la deuda con nuestros suplidores internacionales, en los próximos meses también tendríamos problemas de desabastecimiento, ya que la cadena logística de importación de nuevos insumos supone 90 días para su entrega", comentó finalmente.