La firma estatal brasileña busca convencer al Gobierno, su controlador, de aumentar los precios de los derivados a fin de reducir una brecha entre los precios internacionales -que ganaron más fuerza con el alza del dólar- y los valores en el mercado interno para sus refinerías.
"No, no hay señales", dijo Graça Foster al ser consultada sobre la inminencia de un reajuste.
Cuestionada sobre la posibilidad de que la estatal esté hasta fines de año sin aumentar el precio de la gasolina y el diesel, Graça Foster afirmó sólo que "es parte de la rutina cuidar de Petrobras".
En medio de un acelerado crecimiento de la demanda por gasolina en Brasil en los últimos años debido a la expansión de la flota de automóviles, Petrobras pasó de exportar a importar gasolina.
Las importaciones de petróleo también crecieron para alimentar las refinerías que han comenzado a producir en niveles cada vez más cercanos de su capacidad máxima.
Las pérdidas de Petrobras con las multimillonarias importaciones han sido blanco de fuerte preocupación entre analistas de mercado.