En su primer discurso público en Brasil después de dejar el cargo en junio, Barbosa pareció más directo sobre los desafíos que enfrenta el Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, que ha tratado de impulsar el crecimiento económico mientras lucha contra la inflación.
El dijo que la moneda brasileña se ha apreciado en exceso en términos reales en los últimos años, hasta el punto de que "ya no tenemos el mismo espacio para la apreciación cambiaria que teníamos hace 10 años para ayudar a controlar la inflación".
"En este momento, creo que no es recomendable dejar que el real se aprecie más allá de 2,2 (unidades) por dólar. En comparación con lo que se ve en otros países, también sería excesivo dejar que se debilite hacia 2,5 (unidades) por dólar", dijo a la prensa después de hablar en una conferencia económica.
El real, que cotizaba en torno a 1,55 unidades por dólar a mediados del 2011, se debilitó hasta 2,45 unidades por dólar a fines del mes pasado en momentos en que las perspectivas de un menor estímulo de Estados Unidos y el deterioro de los fundamentos económicos de Brasil redujo el apetito de los inversores por el riesgo.
Barbosa dijo que Rousseff está tratando de impulsar la competitividad industrial de Brasil mediante la promoción de la inversión en infraestructura y educación, pero reconoció que esa estrategia sólo dará sus frutos en el mediano y largo plazo.
En el corto plazo, dijo, al Gobierno sólo le quedan dos opciones para reducir los crecientes costos laborales de Brasil: o aumentar el desempleo y sacrificar el crecimiento económico como Europa lo está haciendo, o debilitar el tipo de cambio para reducir los salarios reales en moneda extranjera.
"Brasil ha optado por la alternativa de crecimiento", dijo Barbosa en una conferencia económica. "¿Cuál es el problema con esta estrategia? Se necesita cierto tiempo para que funcione. Puede que no sea lo suficientemente rápida para ajustar los costos laborales a la velocidad que lo requiere el balance de pago".
Si bien reconoció que se necesita un tipo de cambio más débil para apoyar la economía, Barbosa sostuvo que el Gobierno debe mantener su régimen de tipo cambiario flotante, evitando una depreciación fuerte de la moneda que alimentaría la inflación, pero también "resistiendo la tentación" de fortalecer demasiado al real para alcanzar la meta de inflación del país.