EU al borde de una paralización

Con la ley que financia miles de actividades de rutina del Gobierno cerca de su plazo límite para ser aprobada -la medianoche del lunes-, los representantes republicanos insistían en que la medida de financiamiento incluya una postergación del programa de salud conocido como "Obamacare", sabiendo que el Senado de mayoría demócrata la rechazará.

Con pocas horas por delante, la Cámara una vez más incorporó la postergación del "Obamacare" al proyecto de financiamiento. En respuesta, el Senado rechazó por tercera vez en la semana esa propuesta y la medida retornó a la Cámara.

Un cierre financiero dejaría intactas algunas funciones esenciales como la seguridad nacional, pero recortaría fuertemente los recursos de muchas agencias regulatorias y suspendería las tareas de hasta un millón de trabajadores federales.

Ninguno de los partidos quería quedarse con la medida de financiamiento en sus manos a la medianoche por temor a ser señalado como el culpable de la no aprobación, lo que derivó en una especie de juego de la papa caliente por segunda semana.

Una anticipada revuelta de los republicanos moderados de la Cámara se esfumó cuando el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, hizo peticiones personales con varios de ellos para que lo respalden en una votación clave, dijo el congresista Peter King, de Nueva York.

"John dijo: 'Esto va a funcionar. Confíen en mí'", declaró King, uno de los pocos republicanos moderados de la Cámara que rechazó el pedido y votó "no".

De todos modos, Boehner prevaleció en la votación por 225-204.

Después de que Boehner hiciera sus peticiones, la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Steny Hoyer, le pidió que permitiera una votación de una extensión simple de fondos federales sin ningún agregado de Obamacare.

"Te reto a que lo hagas", afirmó Hoyer, confiada de que una medida así obtendría el apoyo de ambos partidos. "Dejemos trabajar a la democracia".

"UNA LLAVE EN EL ENGRANAJE"

En la tarde del lunes, Obama se mostró resignado a un cierre financiero y apareció en la sala de prensa de la Casa Blanca para reiterar que la paralización sería el error de el "ala de extrema derecha" del Partido Republicano, haciendo referencia al conservador grupo Tea Party.

El presidente también aseguró que los pobres y ancianos seguirían recibiendo cheques de beneficio en caso de un cierre financiero, aunque aclaró que muchas otras funciones del Gobierno se suspenderían, lo que implica "una llave en el engranaje de nuestra economía".

Aunque destacó que aún se puede evitar una paralización parcial del Gobierno y acusó a los republicanos de la Cámara de Representantes de fabricar una crisis que podría dañar a la economía y a los ciudadanos de todo el país.

"Una paralización tendrá un impacto económico real muy fuerte en la gente de inmediato", dijo Obama a periodistas en la Casa Blanca.

Si no se llega a un acuerdo para ampliar el financiamiento, las agencias y los programas federales se verían obligados a paralizar total o parcialmente sus funciones por primera vez en 17 años.

La paralización se prolongará hasta que las cámaras del Congreso superen sus diferencias, lo que puede tomar días o semanas.

Los republicanos dicen que el lanzamiento del martes de los nuevos intercambios de seguros de salud del Gobierno causarán un aumento en las primas y desalentarán a las empresas en la contratación de nuevos trabajadores.

El estancamiento no es un buen augurio para el siguiente enfrentamiento político por el aumento de la capacidad del Gobierno para endeudarse, que puede tener consecuencias mucho mayores.

Si no hay un acuerdo para aumentar el límite de endeudamiento de 16,7 billones de dólares para mediados de octubre, Estados Unidos podría verse forzado a incumplir algunas de sus obligaciones, perjudicando a su economía y enviando réplicas por todo el mundo.

Los estadounidenses están divididos en torno a si el financiamiento para el programa de salud de Obama debería estar vinculado a las medidas sobre las operaciones del Gobierno. Sin embargo, la mayoría culpará a los republicanos si se produce el cierre el martes, según una nueva encuesta de Reuters/Ipsos.

Las acciones estadounidenses cerraron el lunes en baja. Las pérdidas fueron amplias y generales y el descenso se aceleró en el final de las operaciones.

El promedio industrial Dow Jones cayó 128,57 puntos, o un 0,84 por ciento, a 15.129,67 unidades, mientras que el índice Standard & Poor's 500 bajó 10,20 puntos, o un 0,60 por ciento, a 1.681,55 unidades. El Nasdaq Composite retrocedió 10,12 puntos, o un 0,27 por ciento, a 3.771,48 unidades.

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