El principal objetivo de la cita, que se extenderá hasta el viernes, es avanzar en la armonización de normas y estándares industriales, lo que reduciría costos de exportación y facilitaría el comercio para las compañías de ambas partes.
La UE estima que la iniciativa aumentaría hasta 275 mil millones de euros anuales los beneficios del pacto transatlántico, comparado con 25 mil millones de euros en el caso de un acuerdo limitado a la eliminación de aranceles.
El incremento en los intercambios facilitaría la creación de unos dos millones de puestos de trabajo, de acuerdo con la mancomunidad.
No obstante, el volumen de beneficios dependerá de la amplitud de la armonización normativa acordada por las dos mayores potencias mundiales.
Fuentes europeas afirman que tratarán de incluir los servicios financieros en el paquete, aunque esperan enfrentarse a la resistencia de los estadunidenses.
Por ello, ese sector sólo será evocado más adelante en las negociaciones, así como el de productos químicos y farmacéuticos, en los que el reconocimiento mutuo de reglas aún no es posible debido a las diferencias entre las legislaciones de ambas partes.
“El objetivo es tratar primeramente los sectores donde hay convergencia reglamentaria”, explicó la fuente.
La UE también pretende dejar para más adelante las reglas sobre el uso de organismos genéticamente modificados (OGM), popular en Estados Unidos, pero rechazado por la mayoría de países europeos.