"Apoyaríamos un compromiso con un desembolso más limitado (...) la única restricción para nosotros es que se evite cualquier laguna que pueda poner en peligro el principio central del impuesto", dijo Algirdas Semeta a la publicación financiera alemana Boersen Zeitung.
De los 28 países de la UE, once se han comprometido con el impuesto sobre las operaciones de acciones, bonos, derivados y otras transacciones financieras, a fin de que los bancos devuelvan parte del dinero de los contribuyentes que recibieron durante la crisis financiera de 2007/09.
Sin embargo, considerarían restringir el alcance del tributo para proteger las pensiones, la deuda estatal y los mercados que ayudan a que la economía se mueva, según un documento al que Reuters tuvo acceso este mes.
Reino Unido, el mayor centro comercial de la UE, ha impugnado el impuesto en la corte más alta de la Unión Europea.
Los estados miembro examinaban una "ambiciosa propuesta" de la Comisión y debatían exenciones, dijo Semeta.
"Por el momento, las negociaciones se centran en temas clave como bonos gubernamentales y mercados de recompras, además de cómo lidiar con los operadores primarios, los líderes de mercado y fondos de pensiones", sostuvo.
También dijo que se podría llegar a un compromiso en mayo del próximo año, aunque llevaría tiempo convertirlo en ley.
Francia ha presionado por un impuesto más modesto en la modalidad de timbres para operaciones comerciales, como el que ha introducido de manera local, mientras que Italia está preocupada por el impacto sobre su deuda soberana.