“Existe una gran incertidumbre, pero creemos que el programa es sostenible”, indicó Reza Moghadam, director del Departamento de Europa en una conferencia telefónica.
Ucrania debe al Fondo cinco mil millones de dólares por programas previos interrumpidos, por lo que la “inyección neta” del FMI será de 12 mil millones de dólares, dijo el funcionario del organismo internacional.
“Ucrania debe cumplir con sus obligaciones de deuda, incluidas con Rusia”, agregó Mogahadam.
Rusia exige a Ucrania el pago atrasado de gas, en torno a dos mil 200 millones de dólares, aunque actualmente existe una disputa sobre el precio de cada tonelada métrica de gas ruso.
El Fondo ha utilizado para sus cálculos 385 dólares por tonelada cúbica, cifra que considera “adecuada” y que es algo menor de la exigida por Rusia.
El paquete aprobado ayer por el Directorio Ejecutivo del Fondo liberó un primer desembolso de tres mil 190 millones de dólares, y será principalmente destinado a la estabilización del presupuesto.
Entre las reformas exigidas por el FMI para equilibrar las cuentas públicas figura la congelación salarial y la subida de impuestos indirectos sobre el alcohol y el tabaco.
Asimismo, hace especial hincapié en los precios energéticos, en concreto los del gas, cuyo coste actual la institución financiera considera “excepcionalmente bajo” y que debe incrementarse para reducir el abultado déficit de Ucrania.
Moghadam señaló que el ajuste estructural previsto en el programa de ayuda es “moderado”, y prevé reducir un 1 % el déficit presupuestario a final de 2014 y un 3 % para 2016.
“El ritmo de ajuste fiscal propuesto está cuidadosamente calibrado para restaurar la confianza en las finanzas públicas sin ser excesivamente contractivo”, afirmó el funcionario del Fondo, quien estuvo negociando en Kiev las condiciones del plan de rescate financiero en marzo pasado.
Las previsiones del Fondo consideran que la economía de Ucrania se contraerá un 5 % en 2014, para volver a crecer un 2 % en 2015.
Por otro lado, Moghadam subrayó que la institución dirigida por Christine Lagarde sigue considerando a Crimea, zona anexionada por Rusia, como parte de Ucrania, aunque consideró su peso económico poco “significativo”.
No obstante, el informe detallado del programa sí que reconoció su preocupación si “el gobierno central pierde el control efectivo del este”, circunstancia que obligaría a que el “programa sea revisado”.
Actualmente, el Gobierno de Ucrania enfrenta el auge de movimientos separatistas prorrusos en las regiones orientales de Donetsk, Lougansk y Kharkiv, que el Fondo considera representan cerca del 21 % del Producto Interior Bruto (PIB) de Ucrania.
La ayuda del Fondo de 17 mil millones ha permitido que se desbloqueen otros 10 mil millones de dólares adicionales por parte de la comunidad internacional, como la Unión Europea o el Banco Mundial, y que sitúan el monto total de la asistencia financiera en 27 mil millones de dólares.