Parte de esos gastos se financiarán con los 8.000 millones de euros de la recién y cuestionada ampliación de capital.
“Hemos podido ver que el banco no ha sido capaz de alcanzar con su actividad diaria los requisitos de capital previstos. Ahora hay que acudir a una nueva ampliación y a la búsqueda de nuevos inversores en el exterior. Lo que significará una dilución notable (del valor de las acciones) para los accionistas actuales. Eso contando que la ampliación salga con éxito (es decir: a menos que compren acciones)”, critica uno de los accionistas del Banco.
Con su tercera ampliación de capital desde el estallido de la crisis, Deutsche Bank espera pagar los costes y multas por manipulación de los tipos de referencia y por supuesta manipulación del tipo de cambio de divisas.
La entidad crediticia cifró en 2.500 millones de euros los costes en 2013 debido a diversos litigios, y ha reservado 2.300 millones para otros procesos legales.
Además, Deutsche Bank tuvo que pagar 1.400 millones de euros por las demandas sobre las titulizaciones hipotecarias que vendió a Fannie Mae y Freddie Mac