El organismo de Fráncfort comunicó que el lunes pasado se enteró de este robo por un correo anónimo en el que se le exigía dinero a cambio de estas direcciones. Estas, tanto electrónicas como postales, así como los teléfonos de contacto corresponden a periodistas y a personas inscritas a seminarios del BCE.
Los responsables del banco central aseguran que no ha quedado afectada ninguna información sensible, aunque han vuelto a crear las claves para todos los usuarios por precaución. La policía alemana ha abierto una investigación.