El ministro Axel Kicillof llegó a las oficinas del mediador judicial Dan Pollack para reanudar las discusiones con los fondos a los que Argentina califica de "buitres", luego de haber pasado a un cuarto intermedio el martes a la noche.
Para evitar un default, Argentina necesita que el juez federal Thomas Griesa habilite en la jornada un pago a tenedores de bonos reestructurados en los canjes de 2005 y 2010 y bloqueado para forzar la aplicación de su sentencia por 1.330 millones de dólares a favor de los fondos.
El martes, la comitiva argentina liderada por Kicillof negoció durante doce horas con Pollack, y, por primera vez, con representantes de los fondos NML Capital y Aurelius que ganaron un juicio por bonos impagos de 2001, que tiene al país al borde de una nueva cesación de pagos.
Muy cauto, el ministro, que llegó a Nueva York procedente de Caracas donde participaba junto a la presidenta Cristina Kirchner en la cumbre del Mercosur, había señalado que no podía "decir más sobre los resultados" de las tratativas.
Argentina giró el 26 de junio pagos por 539 millones de dólares por sus bonos reestructurados, pero el juez tiene congelado ese dinero depositado en el Bank of New York, lo que provocaría el default sobre deuda emitida bajo legislación norteamericana.
Con el vencimiento a punto de expirar, un grupo de tenedores de esos títulos pidieron el martes a Griesa suspender hasta 2015 su sentencia para permitir una salida negociada en el caso.
"Una suspensión de las órdenes es el mejor camino para que este tribunal promueva un acuerdo negociado en el caso y evite un default. Este tribunal debe emitir una suspensión temporaria de las órdenes hasta el 1 de enero de 2015, luego de que expire la cláusula RUFO", dice el texto.
La cláusula RUFO impide a Argentina mejorar antes de esa fecha la oferta a los acreedores que cambiaron sus bonos aceptando quitas de hasta el 70% del valor nominal de los títulos en default en 2001, so pena de tener que igualar los pagos.
Movida de bancos
Una clave en el avance de las negociaciones en las últimas horas es la participación de bancos privados argentinos a través de una compleja triangulación para comprar los bonos en poder de los litigantes y recibir luego títulos nuevos en dólares del gobierno, sin intervención estatal y evitando la aplicación de la cláusula RUFO, según la prensa de Buenos Aires.
La propuesta sería puesta sobre la mesa en Nueva York este miércoles en una reunión entre representantes de los fondos especulativos y de la banca argentina nucleada en ADeBa (Asociación de Bancos Argentinos), de acuerdo con el diario Ambito Financiero.
Los bancos habrían ofrecido también aportar una garantía de 250 millones de dólares como otra forma de destrabar las negociaciones.
Argentina ha reiterado que restablecer la medida cautelar que suespdió provisoriamente la sentencia para que no entre en vigencia hasta fin de año, abriría el camino a un acuerdo. Esa decisión, de resorte del juez, le permitiría continuar cancelando pagos de la deuda reestructurada en canjes que fueron aceptados por el 92,4% de los tenedores de bonos.
El lunes Griesa autorizó al banco Citibank un pago de bonos argentinos reestructurados emitidos bajo legislación del país sudamericano, tras considerar por única vez que no podían ser incluidos en su sentencia.
En medio de la pulseada con los fondos, el gobierno de Kirchner concretó el lunes el primer pago de 642 millones de dólares al Club de París como parte del acuerdo alcanzado en mayo con la entidad que reúne a acreedores.
CUADRO
Consecuencias del default
Este sería el segundo default de Argentina en trece años, luego de que en 2001 el gobierno suspendiera el pago de 100.000 millones de dólares, equivalentes a 166% de su PIB. La diferencia es que en aquella oportunidad, fue el país el que declaró la moratoria.
"Argentina ha estado fuera de los mercados financieros por mucho tiempo y aunque el default siempre es lamentable no creemos que tenga mayores consecuencias sustantivas fuera" del país, estimó el martes la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.
A pesar de que el gobierno argentino insiste en que "no pasará nada" por tratarse de situaciones diferentes, los expertos vaticinan una serie de consecuencias negativas para la alicaída economía del país, entre ellas más devaluación e inflación, marginación de los mercados de capitales y recesión si hay default.
Sin embargo, "los acontecimientos de la víspera (martes) sugieren que hay una posibilidad de un acuerdo de última hora entre el gobierno argentino y los fondos", señaló este miércoles David Rees, experto de Capital Economics.
La bolsa argentina subía más de 5% en la apertura, en medio del optimismo sobre esta posibilidad.