Rusia mantiene el tipo de interés en el 8%, en plena tormenta inflacionista y desplome del rublo

La situación se ha agravado desde que el pasado 7 de agosto Moscú decidió bloquear por un año las importaciones de alimentos de la Unión Europea como reacción a las sanciones occidentales por la guerra en Ucrania. Por ello, el mes pasado la inflación se disparó al 7,6 por ciento. El banco central se olvida por el momento de su objetivo de que fuera el cinco por ciento.

“Interpretando el lenguaje del banco central, vemos que se focaliza en los efectos a largo plazo del embargo a las importaciones de alimentos porque hasta ahora solo se había fijado en los efectos a corto plazo”, explica a Euronews la analista Maria Pomelnikova, del banco ruso Raiffeisen. “Pero aunque los riesgos sean prolongados o aparezcan nuevos riesgos con más sanciones y empeore la situación geopolítica, no podemos excluir que endurezca su política monetaria y vuelva a subir el tipo”.

Aparte de la inflación, los responsables de la política monetaria rusos deben vigilar que la economía no entre en recesión al estrangularse el crédito que dan los bancos. Para este año, la previsión de crecimiento del país se limita a cuatro décimas y para el que viene sólo se sube al uno por ciento.

 

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