La Federación Internacional de Periodistas (FIP) dio a conocer que en 2014 un total de 118 comunicadores perdieron la vida en el mundo debido a “choques violentos” mientras realizaban su trabajo, cifra que representó un aumento de 13 asesinatos con respecto al año anterior. De acuerdo con el informe, México está en el octavo lugar entre los países que registraron mayor número de muertes de trabajadores de los medios de comunicación, con cinco asesinatos. Es el número dos del continente americano.
La organización internacional atribuyó estas muertes “al implacable régimen del terror y la violencia del crimen organizado que continúa haciendo estragos en el periodismo de América Latina”. Consideró que en Honduras y México “muchos periodistas pagan con su vida por informar sobre sucesos tales como la corrupción o el tráfico de drogas”.
“Esta es la conclusión que la FIP extrajo de su misión en septiembre al estado de Guerrero, una de las áreas más violentas de México, con el propósito de alertar a las autoridades de la necesidad de una acción drástica para proteger a los periodistas locales”, precisó la Federación.
En la lista anual de la FIP se reportaron los homicidios de Gregorio “Goyo” Jiménez de la Cruz, de Notisur; Jorge Torres Palacios de El Dictamen; Octavio Rojas Hernández de El Bueno Tono; José Antonio Gamboa Urias de Nueva Prensa, y de Atilano Román Tirado de Radio Fiesta Mexicana.
Otra organización internacional, Artículo 19, documentó de enero a septiembre de 2014, 222 agresiones contra la prensa mexicana. En 94 casos se trató de ataques físicos; 40 actos de intimidación; 37 amenazas; 23 detenciones arbitrarias; tres asesinatos a periodistas y el ataque a las instalaciones de un medio de comunicación donde falleció el hijo de un comunicador.
En el 42 por ciento de las agresiones el responsable es un funcionario público; en 17 por ciento es un particular y 27 por ciento se desconoce al atacante.
El último periodista desaparecido en México, es Moisés Sánchez Cerezo de Medellín de Bravo, Veracruz, quien recibió amenazas del alcalde panista de este municipio, Omar Cruz Reyes, tres días antes de que fuera secuestrado por hombres armados.