El día de hoy, el Partido de la Revolución Democrática cumple 27 años, fundado un 5 de mayo de 1989, al quedarse con el registro del Partido Mexicano Socialista, llega fracturado, dividido y sin sus principales líderes, al respecto Luis Sánchez Jiménez dirigente nacional de ese partido y de la corriente Alternativa Democrática Nacional (ADN) señalóen entrevista que “la fractura ya fue” y que la “confrontación es de ideas”.
Sin Cuauhtémoc Cárdenas, sin Andrés Manuel López Obrador, sin Porfirio Muñoz Ledo y sin la presencia física de Arnoldo Martínez Verdugo y Heberto Castillo, ya desaparecidos el sol azteca apaga “sus velitas” entre dudas.
A pesar de ello, el senador perredista Luis Sánchez comentó: “algunos han quedado en el camino, algunos han cambiado incluso de visión, no están las grandes figuras aquellas que fundaron al partido, otros seguimos aquí, enfrentando retos”.
Agregó, “hemos sufrido descalabros, pero hemos tenido logros, seguimos teniendo logros importantes”.
Para Sánchez Jiménez, hay que mirar hacia adelante y tener el objetivo del 2018 en el qué, su partido debe comenzar a debatir si va en una alianza con el PAN o con López Obrador.
En su óptica, la opción debe ser con el tabasqueño; “sí los votos del PRD sirvieran para que López Obrador llegara a la Presidencia es nuestra obligación como izquierda estar ahí y no ir a buscar a la derecha”.
Cuestionado sobre las fracturas, Sánchez Jiménez dijo, “ya se fueron los que se iban que ir, entonces ahora llegamos sí confrontados en estas ideas, como siempre hemos estado confrontando ideas”.
Sin embargo, para el senador mexiquense de las rupturas en el PRD, la pérdida de la militancia de Cuauhtémoc Cárdenas ha sido más dolorosa que la de Andrés Manuel, que se fue con su propia visión.
Reiteró que lo más doloroso para el partido sería ir en el 2017 con el PAN, con eso“sería tirar a la basura 27 años de trabajo de mucha gente”, reiteró “yo soy fundador de este partido”.
Sería una incongruencia pensar en alianza con el PAN durante el festejo, agregó.
Se espera un festejo discreto y actividades fuertes en entidades en las que están compitiendo con más fuerza como los son su “bastión electoral” la Ciudad de México, Tlaxcala, Veracruz y Oaxaca.