WASHINGTON.- Los congresistas republicanos y el equipo de transición de Donald Trump están explorando la idea de poder cumplir la promesa del presidente electo de construir un muro en la frontera entre Estados Unidos y México sin tener que aprobar una nueva ley, dijeron el jueves funcionarios.
Según el plan en desarrollo, el gobierno de Trump aprovecharía las leyes vigentes que autorizan la instalación de un cerco y de dispositivos tecnológicos a lo largo de la frontera sur del país. Al Congreso se le solicitaría que garantice suficiente dinero suficiente para tomar medidas adicionales, pero no se aprobaría una ley única para autorizar un nuevo muro.
El plan fue confirmado por dos funcionarios del Congreso y un funcionario del equipo de transición con conocimiento de las conversaciones; todos solicitaron no ser identificados ya que no estaban autorizados para hablar públicamente sobre el asunto. Los detalles fueron escasos y los funcionarios enfatizaron que no se han tomado decisiones finales al respecto.
La estrategia podría ser sorpresiva para algunos, pero evitaría una batalla legislativa que podría perder Trump si trata de conseguir que el Congreso apruebe una legislación única que autorice el tipo de muro fronterizo que prometió durante la campaña.
No está claro qué tanto podría hacerse a lo largo de la frontera de 3.200 kilómetros (2.000 millas) sin acciones adicionales del Congreso. Los legisladores aprobaron la Ley de Cerco Seguro de 2006, pero ya se ha construido la mayor parte de esos 1.125 km (700 millas).
Sin embargo, algunas áreas están en mucho mejor estado que otras, y los tramos largos son de valla que impiden el paso de vehículos pero no de transeúntes.
Cualquier medida que se pudiera tomar sin la aprobación del Congreso, probablemente se quedaría corta respecto al extravagante muro fronterizo que Trump dijo constantemente que pagaría México. Y a pesar de la participación del Congreso en la asignación de cualquier gasto, tal enfoque podría hacer que Trump fuera acusado de tratar de soslayar a la Cámara de Representantes y al Senado para tomar acciones unilaterales, algo por lo que criticó reiteradamente al presidente Barack Obama.
Una iniciativa de gastos que incluya recursos para la construcción en la frontera también podría provocar un enfrentamiento legislativo por la posible oposición de los demócratas en el Senado.
Varios legisladores y funcionarios del Congreso dijeron que el gobierno podría tener flexibilidad significativa para tomar medidas adicionales sin la aprobación del poder legislativo.
"Hay muchas cosas que se pueden hacer con las leyes vigentes", dijo el representante republicano de Florida, Mario Díaz Balart, quien ha propuesto desde hace mucho tiempo una reforma integral de inmigración, aunque enfatizó que sería el Congreso el que tomaría una solución perdurable sobre inmigración. "No se puede minimizar el potencial impacto de lo que puede realizar el gobierno con la ley", señaló.
Sin embargo, algunos legisladores de línea dura en materia de inmigración ya han expresado su deseo de que el Congreso vote, dada la prominencia que tuvo el muro durante la campaña presidencial de Trump, y su deseo de actuar sobre el asunto.
El compromiso de Trump de construir un muro impenetrable de concreto a lo largo de la frontera sur fue su compromiso más distintivo de campaña.
"¡Construyan el muro!" solían gritar los simpatizantes del magnate en los actos de campaña. "¿Quién va a pagarlo?", les preguntaba Trump. "¡México!".
Trump a menudo prometía que el muro sería construido de concreto con varilla corrugada y acero, que sería tan alto como el techo de los escenarios donde se presentaba y que tendría un "hermoso portón" para permitir el ingreso de los inmigrantes autorizados.
La mayoría de los expertos consideraron esas promesas poco realistas e inviables, y Trump afirmó en ocasiones que el muro no tendría la extensión de toda la frontera gracias a barreras naturales, como los ríos.
Después de que ganara la presidencia, Trump afirmó que estaría dispuesto a tramos largos con cercas.