La ignorancia del ciudadano promedio norteamericano dio soporte a la demagogia autoritaria, condición necesaria para que Donald Trump haya logrado 62 millones de votos. El cambio que se dio en las elecciones en Estados Unidos se debe a muchas fallas de la globalización, pero la razón principal fue la falta de inversión estadounidense en educación
a lo largo de 25 años, explicó Edgardo Buscaglia, académico senior de la Universidad de Columbia en Nueva York.
Los indicadores del Banco Mundial muestran que desde los años 80 del siglo XX, Estados Unidos ha disminuido las inversiones en el sector educativo, agregó el especialista en la mesa redonda: Más ciencia, menos dependencia. Los retos en la era Trump, realizada ayer en el Museo de las Ciencias Universum de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Ahora vengamos a México, ¿por qué con los miles de millones de dólares de inversiones oligopolistas (mercado dominado por un pequeño número de vendedores o prestadores de servicio) que llegan a este país, se tiene una de las proporciones más bajas en propiedad intelectual y comercialización de esa ciencia en el planeta?, la respuesta es que los oligopolios están protegidos por la clase política mexicana, no se tiene ningún incentivo a generar patentes, ni tampoco para realizar innovación tecnológica”, advirtió.
El doctor Buscaglia agregó que “al pensar que se tiene que desarrollar una reforma económica en México para fortalecernos ante Trump, lo primero que se tiene que hacer es sacar al 50 por ciento de la población mexicana que está sumida en la miseria (…) Salir de esto nos va hacer fuertes ante Trump”.
Gasto público para reducir la dependencia
En su intervención, la doctora Claudia Maya, especialista del Centro de Investigaciones sobre América del Norte, dijo estar a favor del gasto público, al recordar que fue con el programa de sustitución de importaciones con el que el gobierno mexicano -con todo y la corrupción que podía darse- promovió el crecimiento y la inversión.
“El hecho de vivir con políticas de austeridad fiscal agudiza la dependencia, nos corta los brazos y las piernas para el manejo de la política pública y en particular, la política económica que está prácticamente basada en la política fiscal y en la monetaria.
“Trump es un empresario y va a invertir en lo que va a generarle ganancias (…) Aquí es donde estoy a favor del gasto porque el gasto, aunque debe estar acompañado por la iniciativa privada, principalmente debe ser del gobierno, pero no para defender intereses particulares. La falta de gasto público ha profundizado la dependencia de México porque ha dejado de invertir en áreas fundamentales y nos ha hecho mucho más vulnerables y dependientes”, indicó la doctora Maya.
De la misma forma, el historiador mexicano Lorenzo Meyer, dijo que no puede haber un mayor gasto público si continua la corrupción en el sistema político mexicano.
“Los resultados que tenemos es porque hay una enorme corrupción en la educación y en todos los sectores, si se gasta en carreteras parte de ese gasto, son los moches que se dan a quien otorgó el contrato de obra pública, hay una enorme cantidad de gasto inútil. Acabo de ver el cálculo que muestra que desde Miguel de la Madrid en adelante se le paga 2 por ciento de todas las obras que Petróleos Mexicanos (PEMEX) contrata con empresas externas, se le paga ese 2 por ciento al sindicato por no hacer nada y son ahora, desde De la Madrid hasta la fecha, 100 mil millones de pesos que se le dieron a ese sindicato, un gasto para nada, que sirve para mantener a un organismo que es una de las grandes fuerzas que sostiene al Partido Revolucionario Institucional en las buenas y en las malas.
“Un requisito para un gasto público efectivo es la transformación política en México. Trump nos ‘agarró de su puerquito’ porque somos lo más redituable, somos un país que no le puede responder, sabe de nuestra corrupción, de nuestra dependencia y de la incapacidad de la clase política”, expresó Meyer.
Para concluir la mesa redonda Más ciencia, menos dependencia. Los retos en la era Trump, el doctor José Franco, coordinador general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, hizo un llamado para que la clase política mexicana colabore para generar un cambio de paradigma en nuestro país.
“En México tenemos científicos de primer nivel en básicamente todas las áreas y tenemos instituciones que efectivamente pueden dar conocimiento a los congresistas para que tomen las decisiones más adecuadas, está la Academia Mexicana de Ciencias, está el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, el Consejo Consultivo de Ciencias, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, hay muchísimas, simple y sencillamente no se usan porque hay intereses creados”, señaló Franco.
En la mesa redonda también participó el doctor Rurik List, profesor de la Universidad Autónoma Metropolitana, y los periodistas León Krauze, a través de un video y Juana Inés Dehesa como moderadora. Este evento fue el último en el que doctor José Franco fungió como director general de la DGDC-UNAM, cargo que ocupa a partir del 1 de marzo, el doctor César Domínguez, exdirector del Instituto de Ecología.