Rocío Miranda Pérez, Presidenta de la Unidad de la Fuerza Indígena y Campesina, advirtió que la soberanía alimentaria, la migración así como el desmantelamiento y abandono del campo no se detendrá si el gobierno mexicano acepta las condicionantes de Estados Unidos y Canadá en la renegociación del Tratado de Libre Comercio, por lo que México se estará dando un “tiro de gracia” en materia alimentaria.
Sostuvo que si a 23 años de este acuerdo comercial México ha sido incapaz de equiparar los salarios agrícolas con sus connacionales ya que el ingreso mínimo actual en el país llega apenas a 0.50 centavos de dólar por hora, a cotización del día de hoy, mucho menos se podrá garantizar un comercio justo y apoyo real a los productores mexicanos como sucede en Canadá y Estados Unidos.
Rocío Miranda Pérez, explicó que en México el ingreso mínimo mensual es de 80 pesos diarios, es decir cerca de 4.5 dólares por una jornada de ocho horas, de tal suerte que por hora estamos hablando de 10 pesos lo que implica un pago de 0.55 centávos de dólar a la cotización de hoy; entonces cómo pretenden que se gane 4 dólares por hora como sucede en Canadá o 9 dólares la hora como pasa en Estados Unidos.
Por tanto y entendiendo que los pequeños y medianos productores fueron excluidos de “el cuarto de al lado” en las rondas de la renegociación del TLCAN y sí incluyeron a los grandes agroempresarios, la demanda justa es evitar ese “tiro de gracia” con la validación de una acuerdo dañino para el medio agrícola.
Además, la Presidenta de UFIC, se pronunció a favor de que el Estado mexicano tenga un poco de ética y moral en la aplicación de sus políticas públicas para que se reestructure el mercado interno y la producción de granos básicos.
Se requiere, por tanto, dijo, un Programa Emergente de Producción de Granos básicos porque “hay tierra, mano de obra, necesidad, razón y derecho del pueblo mexicano a una alimentación sana”.
Por lo anterior, reiteró su llamado a la creación de un Frente Político Democrático Amplio Campesino “sin fecha caducidad o candados” en defensa contra el neoliberalismo y ante un TLCAN ajeno a los intereses de los pequeños y medianos productores.
El reto es la defensa y preservación de las comunidades indígenas, los ejidos, la tierra, los bienes naturales, la propiedad social, y la biodiversidad desde la perspectiva de soberanía alimentaria, dijo.