El Servicio Sismológico Nacional anunció que sumará a su red nacional 58 nuevas estaciones a las 163 ya existentes, informó la responsable de ese servicio estratégico, Xyoli Pérez Campos durante el foro: ¿Cómo se pueden reducir los riesgos
en el caso de sismos? organizado hoy por la Academia Mexicana de Ciencias en las instalaciones del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM). "El proyecto que se tiene para cubrir la zona centro, norte y sureste del país comprende 58 estaciones nuevas que será apoyado por el Fondo de Prevención de Desastres Naturales junto con la Secretaría de Gobernación. Por ahora estamos en la etapa del diagnóstico y diseño, pero esperamos que pronto arranque la segunda etapa que implica la instalación de las estaciones", dijo la doctora Pérez. Aunque las estaciones se integrarían a la Red Nacional, no se descarta la necesidad de crear redes locales más densas. "Hasta ahora, distintas instituciones en el país hacen monitoreo y muchas de ellas contribuyen con el Sismológico Nacional, es por ello que tenemos una mayor densidad de estaciones pero me parece que las redes locales también deben de fortalecerse porque proveerán de más información en cuanto a la fuente sísmica”, señaló la experta. La investigadora del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), institución que forma parte de la mesa directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, comentó que 163 estaciones parecieran que son muchas pero si se comparan con el estado de California en Estados Unidos que tiene 460, ya no lo son tanto. La CDMX necesita más acelerógrafos Shri Singh, investigador del Instituto de Geofísica de la Máxima Casa de Estudios comentó que la Ciudad de México “necesita más acelerógrafos locales para calcular los riesgos frente a los sismos más intensos, ya que permiten una estimación del peligro, mientras que los sismómetros, ante temblores más fuertes, solo se saturan". Para la estimación de peligro sísmico se toman en cuenta 2 elementos básicos: las fuentes sísmicas y el movimiento del terremoto. En el sismo del pasado 19 de septiembre, los movimientos en la Ciudad de México excedieron los valores esperados por falta de información, explicó el doctor Krishna. La amenaza para los edificios de la CDMX radica en la aceleración No es ningún secreto que el subsuelo blando que compone a la Ciudad de México es el principal factor de amenaza cuando ocurre algún temblor; sin embargo, en el del pasado 19 de septiembre hubo una aceleración inusualmente alta detectada por los acelerómetros y la presencia de movimientos verticales grandes, cosas que no habíamos visto antes, ya que el movimiento vertical se disipa muy rápido, no obstante, la cercanía del temblor hizo que esas ondas llegarán a la Ciudad de México, reveló el doctor Mario Ordaz Schroeder, del Instituto de Ingeniería de la UNAM. Esa fuerte aceleración, más la presencia del movimiento vertical hizo que la fuerza que se indujo en los edificios de 5 pisos o menos, fuera más fuerte. "Para los edificios bajos, el temblor de 2017 impuso una mayor intensidad, mientras que el terremoto de 1985 fue peor para los edificios grandes, y esto está íntimamente ligado a la inusual aceleración", aclaró el doctor Ordaz. Finalmente, temblores como éste o más grandes se presentarán en promedio una vez cada 250 años, así lo razonamos en el diseño de estructuras, concluyó el experto en ingeniería sismológica.